Los Bancos Centrales son los nuevos alquimistas
Pero si súbitamente paran su magia : ¿ Qué sucederá con los mercados ?
Este es un magnífico post que ausculta el rol de lo que se llama el señoreaje, que es la capacidad de emitir moneda sin costo, por el poder monopólico que observan los Bancos Centrales.
Y aquí el caso se centra no sólo en la Fed de los EEUU sino en el Central suizo; que al decir del wall Street Journal, está mostrando extraordinarias ganancias por un portafolio inmenso que no le cuesta prácticamente nada, pues emite sus francos suizos que tiene alta demanda.
Artículo importante en este contexto de la política monetaria mundial de dinero fácil derivado de la crisis de hace unos 10 años ; es decir el tema del Quantitative Easing Money.

En el blog Definición De; Se señala que en el griego es donde se encuentra el origen etimológico del término alquimia. En concreto podemos determinar que aquel se halla en el vocablo chemia, que puede definirse como “mezcla de líquidos”. De la citada palabra fue de la que se partió para luego crear alquimia como tal que fue establecida por los árabes que fueron los que crearon el término alkímya.
La alquimia es una creencia esotérica que está vinculada a la transmutación de la materia. Las prácticas y experiencias de la alquimia fueron clave en el desarrollo original de la química, mientras los alquimistas buscaban la piedra filosofal para transformar cualquier metal en oro.
La alquimia es considerada como una proto-ciencia o una disciplina filosófica que incluye nociones de la química, la física, la astrología, la metalurgia, el espiritualismo y el arte. Las escuelas de alquimia fueron muy populares durante unos 2.500 años, en regiones como la Mesopotamia, el Antiguo Egipto, China, India, la Antigua Grecia y el Imperio Romano.

El misterio y la magia que rodean a la alquimia y a la búsqueda de esa citada piedra han dado lugar a que en el arte se desarrollen un amplio número de obras que giren en torno a ellas. Así, por ejemplo, nos encontramos con la obra literaria de Paulo Coelho que lleva por título “El Alquimista”. Se trata de un trabajo donde se nos acerca a la vida de un joven pastor español, llamado Santiago, que abandona su tierra para vivir mil y una aventuras en pro de alcanzar su quimera.
De esta forma, con esta narración el afamado escritor brasileño lo que hace es plantearnos la idea de que hay que luchar por conseguir los sueños, que el destino actúa para que podamos hacerlos realidad y que, en ocasiones, no nos damos cuenta de todo lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Pese a sus diversas formas y corrientes, la alquimia está muy asociada en la actualidad a la búsqueda de un proceso que permita transformar cualquier elemento en oro y a la capacidad para conseguir la vida eterna.
Los alquimistas creían que la piedra filosofal roja era capaz de transmutar metales innobles en oro, mientras que la piedra filosofal blanca podía transformar los metales innobles en plata.

La piedra filosofal también aparece vinculada al elixir de la vida, una sustancia que permitiría curar todas las enfermedades y posibilitar la vida eterna. Pese a la inexistencia de esta poción, muchos alquimistas, como Paracelso, lograron importantes descubrimientos en la farmacéutica.
Cabe destacar que, en teoría, no es imposible convertir plomo en oro. Para lograr esto, sería necesario extraer tres de los 82 protones de un átomo de plomo y obtener un átomo de oro (de 79 protones). Sin embargo, en la práctica, las proyecciones de energía hacen que esta transmutación sea Imposible de llevarse a cabo.

Randall W. Forsyth escribe un post en que nos señala que los alquimistas medievales soñaban con convertir plomo en oro. Los especuladores de hoy aparentemente han logrado lo mismo con el bitcoin, convirtiendo los unos y ceros del código de computadora en miles de millones, por lo menos por ahora.
Pero ambos son absolutamente nada si se les compara con los los bancos centrales modernos, que han sido capaces de crear miles de millones en riquezas sin el beneficio de la alquimia antigua o aquella minería moderna de las criptomonedas..

Y la más brillante, el campeón entre ellos ha sido el Banco Nacional de Suiza, que el año pasado ha logrado ganancias de US$ 55 billones en función de su portafolios de US$ $ 800 billones de acciones y bonos.
. Que es mucho más que Apple (ticker: AAPL) gana en un año eso lo acaba de informar The Wall Street Journal. En comparación, la Reserva Federal obtuvo $ 100 billones, al menos dos veces tanto como su contraparte suizo, pero en activos que valen cinco veces más que el Central suizo.

La diferencia es que mientras los activos de la Fed se componen de bonos del Tesoro estadounidense y valores de la agencia respaldados por hipotecas, el suizo tiene acciones extranjeras y bonos que marcan una mayor rentabilidad.
Y además dicho portafolio es revalorizado por el alza en el valor de las monedas ya que el mismo está expresado en relación con el franco suizo.
En otras palabras, el Banco Central Suizo se ha convertido en un gigantesco hedge fund ,con una diferencia enorme. Como un banco central, puede emitir obligaciones, es decir emitir casi sin costo ; en este caso, francos suizos, con una pulsación de tecla de ssus computadoras puede adquirir bienes. Para la mayoría de los bancos centrales, estos activos generalmente son bonos del gobierno, que son de la más alta calidad y la mayoría de las inversiones líquidas.

Desde la crisis financiera global los bancos centrales han comprado un estimado de US$ $ 14 trillones de activos, que ha tenido el efecto de bajar las tasas de interés,en algunos casos por debajo de cero por ciento.
Ello eleva los precios de los bonos y, a su vez, las existencias. No es casualidad que las hojas de balance y valor de las acciones de los bancos centrales haya aumentado en tándem desde que el mercado alcista(Bull market) comenzó hace casi nueve años.
Para el Banco nacional suizo, el acoplamiento ha sido más directo. Para evitar que el franco suizo aumente excesivamente y dañe a la economía Suiza que depende de las exportaciones, el Central compra bonos extranjeros y acciones y vende francos; unos 760 billones de francos (U$ 776 billones), según el diario Wall Street Journal.
Los francos le cuestan literalmente nada para producirlos al Central , pero los que tienen dólares o euros están felices de canjearlos por la moneda Suiza. El Central entonces utiliza esas divisas para comprar acciones, que se han apreciado en el mercado alcista global e incluso más aún en términos del Franco suizo, ya que el Central a su vez ha tenido éxito en mantener y hasta bajar el precio de su franco suizo.
El Banco Suizo tiene en su portafolio sobre los US$$ 87 billones en acciones al 30 de septiembre del año pasado , según su más reciente presentación de 13F con la U.S. Securities and Exchange Commission.
La cartera se parece mucho el índice Standard & Poor 500: Apple es el nº 1 , con 19,2 millones de acciones, seguido por 17,3 millones de acciones de Microsoft (MSFT), 8,9 millones de acciones de Facebook (FB), 1,5 millones de acciones de Amazon.com (AMZN) y 2,25 millones acciones de las dos clases de alfabeto — 1,15 millones acciones de clase C (GOOG) y 1,1 millones acciones de clase A (GOOGL).
Es de notar la ausencia de grandes stocks financieros, en particular de JPMorgan (JPM), Banco de América (BAC), Wells Fargo (WFC) y Berkshire Hathaway (BRK. A), todos ellos en el top 12 de S & P 500 del mercado pero cuyas operaciones suizas pueden ser regulados por el Central.
¿Si los bancos centrales han contribuido a aumentar los valores de los activos como de las acciones acciones por su expansión sin precedentes de liquidez y la supresión de las tasas de interés, pueden entonces esos bancos centrales participar en los beneficios que de ello se derivan ?
Como la Fed obtuvo un retorno sobre sus activos comparables a lo que el Central Suizo ha ganado (en relación con el tamaño de la economía de Estados Unidos frente a la economía Suiza), el tesoro de Estados Unidos habría visto una extra ganancia de $ 1,5 trillones,según lo que anota el WSJ . En el caso de la institución Suiza, los inversores suizos pueden realmente comprar acciones en el Central SNB si es que ellas se transan por citas previas y anuncios.
¿Realmente podría ser así de fácil?
Y es que por el denominado “Señoreaje” los bancos centrales pueden crear dinero de la nada, del aire para comprar acciones, que son demandadas en la corriente de ganancias y dividendos de las empresas reales e inflar de esa manera sus valores. Ni en la imaginación más salvaje de los antiguos alquimistas era posible semejante proeza.
Obviamente hay un límite a tal impresión de dinero, como ha sucedido en regímenes irresponsables desde Argentina a Zimbabue y que han sido demostrados repetidamente.
