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La compleja economía japonesa  sobre endeudada

Para tomar en cuenta y que sirvan de base para  realidades de diversos países 

Publicado: 2017-12-15

La BBC publica un post sobre el Japón, tomando en cuenta que han  pasado casi cinco años desde que Shinzo Abe asumió el gobierno como primer ministro de Japón por segunda vez. 

Abe prometió controlar la inflación y sacar al país de dos décadas de problemas. Los resultados han sido mixtos.

Los tres pilares del Abenomics son : gasto público, facilidad en la política monetaria y amplias reformas.

Y es interesante lo que postula BBC, pues dice que mientras la bolsa sigue en alza y las perspectivas para la economía son optimistas, años de un crecimiento estancado de los salarios y el rápido envejecimiento de la población ofrecen varias lecciones para otras economías desarrolladas, de acuerdo a un análisis hecho por la corresponsal de Negocios de BBC News Szu Ping Chan.

Se refiere entonces a que un bajo nivel de desempleo no siempre lleva a mejores salarios, que es lo que sugiere la teoría económica convencional, según la cual, la dificultad para conseguir mano de obra hace que las empresas ofrezcan mayores incentivos para atraer personal.

Esto además, "calienta la economía", ya que las personas tienen más dinero para gastar y la alta demanda empuja los precios al alza.

Pero en la realidad, el crecimiento permanece débil en el mundo, a pesar de que el desempleo ha caído a tasas que existían antes de la crisis financiera de 2008.

En este escenario, Japón es un ejemplo de cómo en un país con bajo desempleo, está en su nivel más bajo desde hace dos décadas (2,8%), y los salarios no aumentan.

Algo similar ocurre en los EEUU en donde hasta se ha tratado de explicar esta supuesta anomalía por el tema generacional entre los nacidos a  fines de la guerra(Baby boomers) con las de luego que son los milenials; amén de señalar que pueda ser que la crisis del 2008 haya influído en ello, es decir en los bajos salarios.  Hay enorme controversia entre diversos analistas al respecto.

Los expertos dicen que los altos niveles de automatización son una amenaza para los trabajos japoneses.

En el papel, el país está cerca del pleno empleo. Las compañías sufren por la falta de mano de obra a niveles que no eran vistos desde comienzo de los 90.

Sin embargo, el aumento de trabajos esporádicos y de medio tiempo han provocado un mercado del trabajo dual, donde los trabajadores "no regulares" son peor pagados que los permanentes.

En Japón, remarca la BBC ,el número de trabajadores con contrato temporal o a media jornada subió a 37,5% el año pasado, desde un 20,3% en 1994, según  la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La idea de "un trabajo para toda la vida" está arraigada en la sociedad japonesa, algo que también limita el crecimiento de los sueldos, dado que pocos empleados amenazan con cambiarse de trabajo si no reciben un aumento.

Por otro lado, Koichi Hamada, un asesor del primer ministro, dice que la automatización es una amenaza para millones de japoneses y tiene un fuerte efecto en los salarios.

"Para los que son reemplazados por la inteligencia artificial, el mundo es muy duro, y no creo que los salarios y los precios, al menos en Japón, subirán al mismo nivel que lo hicieron hace 20 años".

ENVEJECIMIENTO DE LA FUERZA DE TRABAJO

Esto es un problema hartamente discutido.La población japonesa está envejeciendo a un ritmo acelerado y las personas mayores están poniendo una fuerte presión en las arcas estatales.

Las familias en economías desarrolladas están teniendo menos hijos, lo cual implica que no hay los suficientes trabajadores que puedan pagar las pensiones de los jubilados.

ihiko Kunihiro  dice que el 10% de sus trabajadores tiene más de 60 años.

En Reino Unido, por ejemplo, el gobierno ha relacionado la pensión estatal con la longevidad proyectada.

Si los gobiernos quieren ordenar sus finanzas, tendrán que subir impuestos o reducir el gasto para poder pagar la cuenta.

EL PELIGRO DE LA DEFLACIÓN

La deflación, es decir la caída de precios en la economía, en largos períodos puede hacer que la economía se estanque.

Tras años de deflación o inflación muy baja,hace que  la deuda de Japón haya escalado a más de 200% del PBI.

Si bien el Abenomics ha ayudado a reactivar la economía, señala la BBC , subiendo el gasto total y limitando el crecimiento del nivel de deuda; el tiempo mostrará si esta fórmula va a durar.

En este contexto en que BBC puntualiza cómo en la economía japonesa, no se cumplen los principios de la economía a cabalidad y sin embargo el país quiere rearmarse por los problemas con China que se avizoran.

 Martin Wolf del Financial Times, acaba de escribir sobre el Japón y su post lo titula : "La sabiduría convencional japonesa esta mal" .

Y,  nos advierte que para resolver sus problemas económicos hay que hacer algo con el sector privado.

.¿Por qué Japón tiene dificultades hasta elevar la inflación a su objetivo del 2%? Se pregunta Martin

 Y,  ¿Por qué es tan extrema su política monetaria? 

¿Por qué es tan notablemente alta la deuda pública de Japón?  

La respuesta es que el país comparte retos enfrentados por otras economías de altos ingresos, pero en forma extrema.

 Esto no significa que su situación es desastrosa. Significa que la sabiduría es engañosa señala Wolf. 

Pese a los esfuerzos del Banco de Japón, la inflación año tras año (sin alimentos frescos y energía) es sólo el 0.2 %.

 Sin embargo casi han pasado cinco años desde que, en conjunto con el gobierno, el Banco de Japón declaró su intención de golpear a un objetivo de inflación de 2 %. Luego, en abril de 2013, anunció un "cuantitativo y cualitativo alivio", que desató una enorme expansión de su balance.

En enero de 2016, anunció que una tasa moderadamente negativa en un nuevo banco de reservas.

En septiembre de 2016, anunció "control de la curva de rendimiento". Incluso ha dicho que seguiría comprando activos hasta que la inflación "exceda el objetivo de estabilidad de precio del 2% y se mantiene por encima del objetivo de una manera estable". Es un compromiso a futura irresponsabilidad.

Pero incluso todo esto ha fallado. Esto no es porque estas medidas — apoyado por presupuestos suplementarios expansionistas, hayan podido estimular la economía.

La tasa de desempleo ha caído a 2.8 %, un nivel no visto desde  1994.

La organización para la cooperación económica y el desarrollo ha pronosticado un crecimiento en 1,5 % este año, en relación al  1 % en 2016, y espera un crecimiento de 1.2 %y 1 %, en  el 2018 y 2019 respectivamente, ambas ligeramente por encima del potencial.

Por otra parte, el producto interno bruto per cápita creció a cerca de la tasa promedio de miembros de la OCDE entre el  2012 y 2016.

Sin embargo, el anclaje de las expectativas de inflación parece tan fuerte — aproximadamente cero en Japón — que los salarios y los precios siguen siendo pegajosos.

¿Importa esto?

En una economía lenta ineludiblemente, como Japón,la inflación de casi cero limitan la eficacia de la política monetaria en una crisis, puesto que hace más difícil ofrecer tasas de interés reales negativas.

Sin embargo, la experiencia reciente sugiere que la política monetaria aún funciona. Si aumenta la inflación no aparece ningún desastre.

Existen dos retos más importantes. En uno de estos, la ortodoxia actual correcta . Por otra parte, es un error.

Donde la ortodoxia tiene razón es en la productividad. Dada la demografía de Japón y actualmente el desempleo, aumentar la productividad es esencial, aunque también aumentar la participación de las mujeres y las personas mayores es importante.

Afortunadamente, Japón disfruta de lugar para la mejora de la productividad: la productividad media por hora está entre las más bajas de los países de altos ingresos; las grandes empresas son mucho más productiva que las empresas más pequeñas; y mucho más productivas que los servicios de fabricación.

Dónde está equivocada la ortodoxia es sobre la deuda y déficit públicos. Es cierto que la deuda bruta es 240% del PBI y la deuda neta cerca de 120%.

Sin la eliminación del déficit fiscal primario estructural (ahora cerca de 4%  del PBI), las tasas de endeudamiento suelen aumentar aún más en el futuro.

No es de extrañar que las instituciones oficiales, la OCDE, el Fondo Monetario Internacional y el Ministerio de Hacienda, estén de acuerdo con un ajuste estructural. Sin embargo, hay dos objeciones.

La primera es que el Banco de Japón mantiene más del 40 % de los bonos del gobierno japonés. Puede continuar sosteniendo esta deuda para siempre, si necesita hacerlo.

También podrá no pagar ningún interés a las reservas de bancos comerciales si lo desea. Sólo se necesitan cambiar las reservas necesarias. Más fundamentalmente, el público japonés es el acreedor: no es difícil ver maneras para el gobierno gestionar sus obligaciones al público. Cuando el gobierno deja déficits primarios, podría, por ejemplo, convertir sus deudas en bonos de bajo rendimiento irredimible.

El punto más importante es que los déficits persistentes del gobierno son simplemente el reflejo de superávits financiero enormes y persistentes del sector privado. No hay ningún punto en discutir cómo que el gobierno eliminará el anterior sin indicar lo que es probable que suceda al último.

Una posibilidad de Japón son los superávits en cuenta corriente . En el año 2015, por ejemplo, hubiera requerido un superávit de cuenta corriente casi dos veces tan grande, a cerca de 6% del PBI.

A los extranjeros seguramente no le habría gustado eso. La alternativa es que el sector privado en Japón invertir o consuma más (o ambos).

El problema con la primera opción es que las empresas de Japón ya tienen una tasa excepcionalmente alta de inversión, especialmente para un país de altos ingresos con un crecimiento estructural bajo.

La dificultad de esto último es que la tasa de ahorro de los hogares de Japón ya está cerca de cero. El consumo sólo se levantará si los ingresos suben..

La solución no es gravar el consumo, como sugiere alguna por allí opinión respetable. La solución es el colocarle impuestos a los ahorros. . La no inversión y las utilidades no distribuidas tienen que ir a aumentar el consumo.

Ello puede hacerse por hacer que los gastos sean tratados como los costos operativos relacionados a la inversión, eliminando (lógicamente) las provisiones por depreciación.

La conversión de lo no invertido y los beneficios empresariales no distribuidos en aumento del consumo privado eliminarían los excedentes del sector privado y de esta manera la necesidad de compensar el déficit del sector público.

En ausencia de tales políticas, los esfuerzos para cerrar el déficit fiscal fracasaran de seguro como ha ocurrido tantas veces antes y encima es probable que lleven a la economía de nuevo en recesión.

En la ausencia de tales reformas, el sector privado Japón está condenado a darle al gobierno el dinero en préstamo, el que actualmente no puede utilizar, en el seguro y cierto conocimiento que nunca volverá por completo lo que le ha prestado.

El ajuste fiscal es la solución respetable para la creciente deuda pública de Japón. Pero ello hay que trabajarlo y decidirlo.


Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


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