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EL  DENOMINADO SILENCIO SISMICO  ES  CIERTO

EL PROBLEMA ES QUE HACER EN LO QUE SE DENOMINA : "EL POST DESASTRE"

Publicado: 2017-08-15

Por: Dennis Falvy  

Me imagino que por los temblores de 6 grados recientes de Arequipa y Junín ;  los de RPP invitaron a Hernan Tavera . 

El y científicos del Instituto Geofísico peruano (IGP)   así como  expertos en  el tema  han venido señalando recientemente que tenemos 270 años de silencio sísmico, dado que para ellos el terremoto del año 1746 ocurrido en Lima y Callao es el emblemático por su destrucción intensidad y magnitud. Mas aún que el de 1940 en Lima y Callao, fue asimismo terrible.

Para ellos los otros de 1966, 1970 y 1974 acaecidos en Lima y el del 2017 con base en Pisco e Ica, no cuentan mucho como enormes desastres para la capital peruana.

La predicción del Doctor Tavera es clara:

“EL SISMO QUE OCURRA EN LIMA PODRÍA SER COMPARABLE CON EL DE CHILE EN EL 2010”

El director de sismología del Instituto Geofísico del Perú, Hernando Tavera, conversó sobre los movimientos telúricos del país a propósito de los diez años luego del terremoto de Ica.El experto explicó los resultados de los cálculos que elaboró junto a su equipo del IGP.  

UN TERREMOTO DE 7.9 GRADOS DEVASTÓ PISCO HACE NUEVE AÑOS

Cerca de cumplirse 10 años del terremoto que sacudió la región de Ica, el director de sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, estuvo en Ampliación de Noticias conversando sobre los resultados de sus estudios científicos. “Nuestros últimos cálculos demuestran que el sismo que ocurra en Lima sería de una magnitud de 8.8 en escala Richter”.

Tavera explicó que la dimensión de este pronóstico es por el silencio sísmico de las placas que están en la costa de Lima, Moquegua y Tacna. “El movimiento podría ser comparable con el de Chile que ocurrió en el 2010”. Sobre los daños que causaría en la ciudad indicó que: “cuanto más cerca de la superficie ocurra el sismo, más daño causará. Ha habido casos en donde temblores de 7.3 en la ciudad no ocasionaron daños porque estos se localizaron a 700 kilómetros de profundidad”.

El sismo del 27 de febrero de 2010 en Chile frente a las costas de la sureña región del Maule fue sucedido de un tusinami y causó la muerte de 500 personas y daños materiales evaluados en unos 30.000 millones de dólares.

ESTE AÑO

En lo que va del año, se han logrado registrar 210 sismos según los análisis del IGP y hasta el momento, no hay ningún reporte anómalo. “En promedio llegamos a registrar 1,500 movimientos telúricos anualmente. De estos, solo 450 se cuentan como percibidos”, dijo Tavera quien también comentó que luego del terremoto del 2007 cuentan con una mejor red de monitoreo gracias al Estado y logran registrar entre 3 o 4 temblores al día.

DERRIBANDO MITOS.

El experto indicó que la creencia de que cada vez que cuando ocurre un temblor fuerte el clima tiene que variar es “porque los peruanos tenemos mucha afinidad para relacionar los sucesos. No es un patrón. Que haya ocurrido un par de veces no quiere decir que sea necesariamente por ello”.

Hace 9 años un terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter arrasó la ciudad de Pisco. El sismo se sintió en menor escala en la capital Lima, también fueron afectadas las provincias de Ica, Chincha, Cañete, Yauyos, Huaytará y Castrovirreyna.

LOS TEMBLORES NO AYUDAN 

También aclaró que los sismos pequeños no ayudan a liberar energía ya que estás están representadas en escalas exponenciales. “La energía que emite un temblor de magnitud 5 ha sido comparada con la que emite una bomba de Hiroshima, uno de 6 equivaldría a 30 mil bombas, uno de 7 a 900 mil bombas y así sucesivamente”. 

A 10 AÑOS DE LA ÚLTIMA TRAGEDIA

Es 15 de agosto de 2007 a las 18:40 se produjo el terremoto de 7.9 que tuvo su epicentro a 40 kilómetros al oeste de Pisco. El número de muertos llegó a 597 personas y 1,289 resultaron heridas. Los inmuebles destruidos o seriamente afectados llegaron a 91,240. Los damnificados superaron los 400 mil. Monumentos históricos como la Reserva Nacional de Paracas y la iglesia del Señor de Luren registraron serios daños en su infraestructura. Lo mismo pasó en la cárcel de Tambo de Mora, de donde huyeron 630 presidiarios luego de que un muro se derrumbó, 242 de ellos regresaron por su propia voluntad para no agravar su situación penal.

COMENTARIO

La noticia para RPP era lo de Pisco. Pero no sólo Tavera, sino coo he señalado, sismólogos como Kuroiwa y asimismo ya hace años Brady que pensó que tendríamos un terremoto de gran magnitud ; señalan que el verdadero silencio sísmico data del año 1746 en que un enorme terremoto con tsunami , desapareció gran parte del Callao ( la Punta incluída) y la ciudad de Lima y allí el Virrey conocido luego como Conde de Superunda, luego, es decir José Antonio Manso de Velasco tuvo una labor encomiable en la reconstrucción de las ciudades afeactadas.

Sobre esto ya he escrito varios post. He puesto como “quotes” algo más de ello, incluyendo a un historiador que escribió sobre el tema.

Lo que importa ahora es que esto ocurrirá tarde o temprano. Y la pregunta es : ¿aquello de los simulacros que se toman a la broma y asimismo lo de la mochila salvadora es suficiente? Si no somos capaces siquiera de comprar bien, como es el escándalo reciente de las casas de fibra carton,: ¿ se imaginan lo que sería Lima con 10 millones d de habitantes sin agua, luz, salud y etc. Amán de las construcciones precarias.

Quiera Dios que de ocurrir, sea lo más alejado de la superficie, como acota Hernan Tavera , pues ello es una variable que amortigua el siniestro como señalan los científicos. Pero en realidad lo que importa y en serio es el post desastre. Y sobre ello no hay nada. Porque en el Perú esa frase después de robado candado funciona. Pero em lo particular. En lo general, las bajas de seres humanos, como lo fue en el al año 1940 con el terremoto , pueden ser mayores que en el mismo terremoto. Y no sólo por enfermedades, sino incluso por pillaje. Estamos advertidos pues y nadie dice nada . Ni siquiera somos capaces de ordenar el tráfico que el presidente Kuczynski señaló el pasado 28 de Julio . Y las calles siguen atiborradas de vehículos e insisto no se ha hecho absolutamente nada, a excepción de señalar que eso es un simple papel y con deficiencias. De repente hasta el dispositivo termina creando más burocracia. La verdad es que la institucionalidad y los diversos gobiernos nos agobian y son preocupantes en su gestión.


QUOTE

El viernes 28 de octubre de 1746, a las 10:30 p.m., los habitantes de Lima fueron sorprendidos por las violentas sacudidas de la tierra que obligaron a todos a salir de sus casas y buscar los lugares descampados. Por desdicha no todos pudieron hacerlo y aun aquellos que ganaron la calle vinieron a sucumbir al derrumbarse los muros adyacentes. La confusión y el espanto cundieron por toda la ciudad e hizo que fuese mayor el desconcierto la circunstancia de la hora, aun cuando la oscuridad no era tanta por la iluminación de la luna.

La duración del sísmo, según las relaciones del tiempo, fue de tres a cuatro minutos, tiempo más que suficiente para una destrucción total de la ciudad. Lima tenía 60,000 habitantes y contaba con 3,000 casas, repartida en 150 manzanas. Cayeron las partes altas de templos, conventos, mansiones y diversas construcciones; culminado el sismo nubes de polvo ocultaron la visión de la población.

No es posible dar otras indicaciones del fenómeno porque no las traen las noticias de la época, salvo lo que dice el Marqués de Obando sobre la dirección del movimiento: que su mayor ímpetu parecía venir del noroeste. Según las descripciones que nos han llegado debió ser de magnitud 9.0 Mw en la escala de momento.

La noche fue verdaderamente angustiante, aun sin saberse todavía en Lima la desgracia del vecino puerto del Callao, que fue arrasado por un maremoto. Muchos, para no quedar sepultados entre las ruinas, así como para hallar amparo en la compañía de los demás, se refugiaron en la Plaza Mayor y otros se retiraron al fondo de sus huertas, de modo que en las casas que aún permanecían en pie o entre los escombros de otras reinaba un gran silencio, como lo advierte en su relación el autor antes citado.

En medio de tan grande confusión y sucediéndose las subsiguientes réplicas, aunque ya no con tanta violencia, no se hizo posible acudir al auxilio de los heridos y de los que gemían sepultados bajo las ruinas. Algunos fueron extraídos de entre los escombros después de haber pasado uno y aun dos días sepultados. Pocos pudieron conservar en aquellos instantes bastante serenidad de ánimo para acudir al socorro de los demás.

La procesión del Señor de los Milagros se realizó por primera vez después del devastador terremoto de 1687, cuando el muro otra vez se mantuvo en pie. Se hizo una réplica en lienzo que salió en procesión desde el humilde barrio de Pachacamilla -hoy distrito del Rímac- hasta la pluricultural Plaza Mayor y las principales calles de la ciudad, y los Barrios Altos. Se declara como fiesta oficial después del terremoto de octubre de 1746.

Amaneció el día sábado 29 de octubre y los ojos de los sobrevivientes contemplaron con espanto la ruina de la ciudad. De las tres mil casas que componían las ciento cincuenta islas o manzanas que se encerraban dentro de las murallas de Lima, apenas veinticinco se mantuvieron incólumes. Las calles se veían obstruidas por los escombros y el interior de los edificios ofrecía un aspecto desolador. Las torres de la Catedral se desplomaron y cayeron sobre las bóvedas destruyéndolas. Otro tanto sufrieron las torres de las iglesias de San Agustín, La Merced y San Pablo de la Compañía. Prácticamente todas las iglesias, conventos, monasterios, capillas y hospitales, sufrieron más o menos iguales destrozos.

El arco magnífico que estaba a la entrada del Puente de Piedra, coronado por la estatua ecuestre del rey Felipe V (cuya muerte, acaecida el 9 de julio de ese año, se ignoraba todavía en el Perú), se vino al suelo, quedando la escultura desgajada en el suelo y entorpeciendo el paso. En el Palacio virreinal, no quedó un lugar habitable y el Virrey hubo de acomodarse en una barraca de tablas y lona, pero no estaba en mejores condiciones el Santísimo Sacramento que del Sagrario fue conducido a una ramada que se improvisó en la Plaza mayor. El edificio del Tribunal del Santo Oficio quedó igualmente en ruinas.

Desde las primeras horas del día comenzaron a circular voces sobre la destrucción del Callao y el virrey envió a aquel puerto a algunos soldados de a caballo, a fin de cerciorarse del hecho. Estos trajeron la confirmación del desastre y a poco ya toda la ciudad lo sabía, pues a ella llegaron también unos cuantos sobrevivientes de la embestida del mar.

Lo que contaron dichos sobrevivientes fue algo horrendo, con ribetes apocalípticos. Media hora después del terremoto se había entumecido el mar y elevado a enorme altura, y con horrible estruendo se había precipitado por dos veces sobre la tierra, que la inundó y barrió todo lo que encontró a su paso. Del antiguo puerto sólo quedaron unos cuantos restos de la muralla y el arranque de las paredes de algunos edificios. El Marqués de Obando, Jefe de la Escuadra y General de la Mar del Sur, dice que los cuatro mayores navíos que había en el puerto, soltando las anclas fueron lanzados por encima del presidio y vinieron a varar el uno dentro de la plaza, el otro, cargado de trigo, a escasa distancia del anterior y los otros dos hacia el sudeste, como a distancia de un tiro de cañón de los baluartes.

El número de los que perecieron en el puerto se calcula en unos cuatro a cinco mil, prácticamente toda la población; sólo se salvaron 200 personas. En un lienzo de muralla lograron salvarse un religioso y unas treinta personas. Otros, en su mayoría pescadores o marineros, acogidos a las tablas y maderos que sobrenadaban fueron arrojados más tarde a las playas o bien a la isla de San Lorenzo. El mar se retiró, pero no volvió a su límite antiguo. Esto significa que hubo una subsidencia cosismica, es decir, toda la zona del Callao se hundió después del terremoto.

QUOTE N 2

EL DÍA EN QUE UN TERREMOTO Y TSUNAMI DEJARON A LIMA EN RUINAS

Esta es la entrevista que le realizamos ayer al historiador norteamericano Charles Walker, durante una transmisión en vivo. En la misma, presentó su última publicación “Colonialismo en Ruinas: Lima frente al terremoto y tsunami de 1746”.( La República Octubre del 2012) .

La República señala que : Charles Walker llegó al Perú de casualidad hace poco más de 30 años y hoy es todo un historiador ‘norteamerincaico’.

Pasa sus días entre Lima, Cusco y Estados Unidos. Ahora nos deja una obra que promete ser una de las más buscadas en la Feria del Libro Ricardo Palma : “Colonialismo en Ruinas: Lima frente al terremoto y tsunami de 1746” , editado por el Instituto de Estudios Peruanos y el Instituto Francés de Estudios Andinos.

Por : José Miguel Silva

¿CÓMO NACIÓ LA IDEA DE ESCRIBIR EL LIBRO?

Bueno primero por motivos personales. Yo me encontraba en el Cusco en 1989, cuando ocurrió el un gran terremoto en California. Yo prendí la tele para ver las noticas y anunciaban un gran terremoto. El epicentro fue en mi pueblo. Me entró un pánico y no había teléfono ni mail. Debí ir al centro de la ciudad y buscar un amigo que me preste su teléfono. Recién al día siguiente pude confirmar que todos estaban bien. Por otro lado yo pienso que los desastres naturales congelan el tiempo. Frenan y permiten entrar en una sociedad, en sectores o espacios que no es posible a través de los archivos de historia.

¿ CÓMO ERA LIMA EN AQUELLA ÉPOCA?

Lima era la Lima cuadrada. El damero de trece cuadras por nueve. Era una noche de luna llena, por eso se salvaron muchos porque varios estaban comiendo en el patio, según cuentan. A fines de octubre no hacía mucho frío, con luna, la gente comía fuera y de pronto llegó el terremoto, que algunos calculan fue de entre 8.2 y 8.6 grados. Destruyó una buena parte de la ciudad. Los muertos son relativamente pocos. En una ciudad de 50 mil mueren más o menos cinco o seis mil. Con las epidemias recién mueren bastante más. Otra situación, peor, fue en el Callao. A las once llegó el gran tsunami, que es una ola no muy grande pero de mucha fuerza. Destruyó completamente el Callao. De las 6 mil personas sobrevivieron algo de 200 y de milagro, algunos en el campo u otras en las murallas. Una pareja buscó madera y llegó flotando a Miraflores, pero eran excepciones.

PERÚ ESTÁ EN EL CINTURÓN DE FUEGO DEL PACÍFICO. ¿YA POR ESE ENTONCES TENÍAMOS LA IDEA DE QUE SOMOS UN TERRITORIO DONDE HAY CONSTANTES SISMOS?

Había costumbre ya. La gente tiene un cuadro para rezar. Todos sabían que tenían que irse al patio. No había edificios tan altos, ni vidrios peligrosos. Se sabía cómo reaccionar, pero los comentarios señalan que nunca habían sentido algo así. Por eso puedo dar una versión bastante detallada de los gritos, de los muertos. Gente que se salvó y otros que fueron a su casa a salvar a alguien y les cayó un muro encima. Hay casos trágicos y no se trata solo de hacer una historia sensacional sino poder mostrar cómo la gente vivía en ese momento.

¿QUIÉNES COMPONÍAN LA SOCIEDAD LIMEÑA DE ENTONCES?

Era una sociedad muy compleja, muy heterogénea. Por un lado ese desfase. Las clases altas, europeas. Españoles y criollos (europeos nacidos acá). Una clase media con un poco de todo y sectores populares afro peruanos, esclavos. Gente de descendencia africana e indígenas. Éstos últimos eran casi el 10% de la ciudad. Lo que comentan todos es la mezcla, esto era lo que llamaba la atención a los viajeros. Los mulatos, los zambos, esas combinaciones y que a pesar de que parecen una jerarquía muy estricta, cada uno por su lado, la cosa era más complicada.

HOY UNO CONTINÚA ASOCIANDO LOS DESASTRES CON LA RELIGIÓN. SI OCURRE ALGO TERRIBLE, REZAMOS DE INMEDIATO, O AL MENOS PENSAMOS EN UN SER SUPERIOR. ¿CÓMO ERA EN EL SIGLO XVIII?

Eso es un tema fundamental, casi principal en el libro. Algunos pensaban que lo ocurrido pasó por culpa de los vientos subterráneos, o por el agua que gotea o malogra la tierra. Pero para la gran mayoría de la ciudad era un acto divino, un castigo de Dios. 10% de las mujeres eran monjas. Entonces vimos procesiones, santos, los franciscanos tuvieron un papel principal. Lima barroca explota por el miedo. Muchos pensaban que esto era solo un aviso de algo posterior. En el capítulo dos hablo de que eso era visto como un primer paso, y que “si no mejoramos, o cambiamos moralmente, habrán mayores desastres”. Hubo monjas que tenían las visiones de un Jesús castigando, Dios llorando, bolas de fuego y escenas dantescas.

Y ESOS CAMBIOS MORALES APUNTABAN PRINCIPALMENTE HACIA LA MUJER…

Es cierto. Siempre le echaban la culpa a las mujeres. Dentro de la Iglesia algunos culpaban a sacerdotes libertinos (acusados de tener amantes o mucho dinero), pero al final si hay un acuerdo era el de culpar a las mujeres. A las limeñas y principalmente a las tapadas.

EN TU LIBRO HAY BUENAS IMÁGENES DE LAS LLAMADAS ‘TAPADAS LIMEÑAS’. ¿CUÁNDO TERMINA ESTA COSTUMBRE DE VESTIR ASÍ?

En el siglo XIX. Después del terremoto hay leyes suntuarias o esfuerzos para tal fin, pero no ocurrió. A veces baja la represión, y hay efectos, pero sabemos que recién a mediados del siglo XIX, y ya por un efecto de la modernidad esto se deja poco a poco de lado. Vienen nuevas modas.

¿QUÉ TIPO DE FUENTES UTILIZASTE PARA TU INVESTIGACIÓN?

En Sevilla hay baúles de documentos sobre el terremoto. Yo pasé un año allá investigando el tema, pero en Lima encontré cosas en varios sitios. Por ejemplo, muchos viajeros comentan sobre el lujo, el malgasto, el exceso en la vanidad de las limeñas. Eso no solo es un argumento de los extranjeros sino en la sociedad limeña.

¿CÓMO ES EL LUJO O COMPORTAMIENTO PÚBLICO? 

Encontré fuentes en el archivo de la Catedral. Tuve algo de suerte de encontrar cosas especiales en Lima, Sevilla y Londres.

¿QUÉ SANTOS ERAN LOS QUE SE CONOCÍAN POR ENTONCES EN LIMA?

Santa Rosa tuvo un papel primordial, luego hubo una serie de santos. El Señor de los Milagros ya existía, y ahí vuelve a tener más importancia o más peso. Lo que llama la atención es la cantidad de santos. No sobresale solo uno sino varios. Hay como folios de santos.

¿EL TERREMOTO ACORTÓ O INCREMENTÓ LAS BRECHAS ENTRE LA SOCIEDAD DE ENTONCES?

Es una buena pregunta. Creo que las aumentó. El Virrey tuvo medidas bastante eficaces en cuanto a medidas de emergencia. Aseguró las medidas para garantizar el agua. Pedía pan en los pueblos cercanos, de norte a sur. Había mucho temor de los bandoleros y él impuso una Ley Marcial para frenar ese tema, y tuvo su efecto. Pero a largo plazo, él y su asistente desarrollan un plan para trasladar Lima, el cual finalmente no se da por el costo. Básicamente querían hacer una ciudad más segura. En términos matemáticos dicen ‘las casas solo pueden ser de tal altura, de modo que si se cae una pared de acá, siempre habrá jardín en el medio’. Y lo que quieren hacer es bajar las casas, además de las torres y las paredes de las Iglesias. La Iglesia se opone fuertemente diciendo que no se puede castigarla en un momento fundamental como ese. Además se buscó poner orden pero son rechazadas por grupos populares.

SI BIEN NO SE DIO EL TRASLADO TOTAL DE LA CIUDAD, ¿SÍ HUBO GENTE QUE SE MUDÓ TRAS EL DESASTRE?

Sí, hay algunos casos de gente que por ejemplo regresa a Arequipa. No hay una fuga masiva, la ciudad recupera su población rápidamente. La ciudad además tiene un movimiento muy fluido que llega del norte, de Huarochirí o de Cusco.

UNA PARTE DE TU LIBRO HABLA DE ‘LOS CENSOS ENREDADOS’…

Nadie era dueño de su casa. Le debían sobre todo a la Iglesia y lo que pasa es que después (del desastre) piden rebaja. Yo debo 100 mil pesos, y lo que yo tengo no vale ni 20 mil, no pago. Y había una lucha entre lo que se debía y lo restado. Hay una situación complicada que precisa de una medida para ambos lados. La gente pensaba ‘si yo debo más de lo que vale mi propiedad, mejor me voy’. Pero la Iglesia decía ‘no puede ser, hemos dado este dinero y por mala suerte no lo podemos recuperar. Hubo unos tremendos líos económicos.

¿HUBO ALGÚN TIPO DE COOPERACIÓN O INTERACCIÓN CON EL EXTERIOR?

Piden apoyo a España. El virrey pide dinero para rehacer la catedral, pero España responde que ‘hay guerra con los ingleses, y tenemos nuestro propio problemas’. Y más bien piden dinero el año siguiente. Es el colmo, aquí estaban en escombros y se tiene que aportar para construir un hospital en Madrid. En general se recibe poca ayuda de España. Lo que sí había era fluidez con Chile que enviaba comida, pero no como apoyo sino comercialmente.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONOCER A FONDO HECHOS COMO EL QUE INVESTIGASTE EN TU LIBRO?

Siempre estudio el pasado pensando en el presente. No es el único objetivo. No creo que uno debería estudiar historia solo para pensar en lo que ocurre hoy en día. Hay un interés en lo que pasó, pero eso ayuda, y a mí me ayuda a pensar en lo que es hoy Lima moderna y pos moderna. Hay una perspectiva. Una ciudad tan grande, con tantos problemas. Esta investigación nos ayuda a enterarnos cómo era la colonia. El Perú no se entiende sin entender la colonia.

¿Y HOY YA ESTAMOS ALGO MÁS LISTOS PARA ENFRENTARNOS A UN POSIBLE DESASTRE?

Yo creo que hay mentalidad. Entre el miedo y cierta preparación. Pero yo nunca he visto optimismo. ‘Bueno estamos listos, sí estamos preparados’, eso no lo he visto. Lima con calles angostas en la actualidad. La escasez de agua, (el panorama) lo veo complicado, pero no quisiera ser trágico.

¿QUÉ FUE LO QUE SIEMPRE TUVISTE CLARO AL MOMENTO DE INICIAR ESTE LIBRO?

Para mí fue un reto escribir un libro que se deje leer. Siempre he buscado un libro que mi madre pueda leer. Mi anterior libro: De Túpac Amaru a Gamarra, era algo más complicado, más académico, con más debate, más citas. Busqué ahora hacer un libro, que sin caer en lo light, pueda transmitir o permita dejar que sean los hechos quienes describan lo que yo buscaba. No es un libro pesado para leer.

Y AYUDAN MUCHO LOS GRÁFICOS DENTRO DEL LIBRO…

Muchísimo. Y es curioso. Tenemos muy pocas imágenes del terremoto. Me da mucha pena decirlo pero no hay cuadros o inscripciones. Si comparamos Lisboa, donde ocurrió el otro gran terremoto del siglo XVIII, hay miles de cuadros. Había gente que iba a pintar cuadros de las iglesias caídas, pero acá no pasa lo mismo.


Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


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