IVAN PAVLOV Y EL REFLEJO CONDICIONAL
EXPLICA MUCHO DE LA CONDUCTA DE LOS SERES VIVOS
Este es un post complejo y extenso, pero sumamente interesante por lo que el conlleva sobre la parte conductual no sólo de los animales, sino de los seres humanos que el científico Pavlov estudió en su vida.
En Enciclopedia encarta / wikipedia.org conductismo.idoneos.com ; uno encuentra que el Reflejo condicional, alude a una respuesta no innata a un estímulo dado que el individuo adquiere mediante aprendizaje.
El neurólogo ruso Iván P. Pávlov desarrolló la teoría del reflejo condicional junto con su colega ruso Vladimir M. Bechterev. Pávlov, que en un principio lo denominó “secreción psíquica”, observó que la salivación provocada en los perros al oler el alimento se podía producir ante un estímulo que nada tenía que ver con comida, pero que había sido presentado constantemente a la hora de comer.
La salivación del perro ante un pedazo de carne es un reflejo innato o incondicional, pero si se hace sonar una campana en el momento en que el perro recibe la carne, después de varias ocasiones éste salivará sin necesidad de olerla. Bastará el sonido de la campana para provocar en el animal un reflejo condicional.
Según Pávlov, cuando se asocia el reflejo incondicional al reflejo condicional, éste se refuerza. Si el estímulo no se refuerza o ejercita, el reflejo condicional terminará por debilitarse y desaparecer.
Con este sistema de reflejos, que más bien son reacciones, Pávlov intentó comprender la conducta animal y humana, partiendo de la teoría de que los mecanismos del reflejo condicionado son los mismos en animales y personas.
El psicólogo estadounidense John Broadus Watson introdujo esta expresión en Estados Unidos e hizo de ella un concepto fundamental del conductismo. Para Watson, el condicionamiento constituye una base fundamental del aprendizaje.
La conducta animal, modo de actuación de los diferentes tipos de animales, tema que ha suscitado un enorme interés en los pensadores desde los tiempos de Platón y Aristóteles.
Es particularmente enigmática la habilidad de algunas criaturas simples para desarrollar tareas complejas: tejer una telaraña, construir un nido, cantar una canción, encontrar refugio o capturar a su presa; todo ello en el momento justo y con escaso o nulo aprendizaje previo.
Tales comportamientos se han estudiado desde dos perspectivas bastante diferentes, de hecho casi opuestas en sus planteamientos, que exponemos a continuación: o bien los animales aprenden todo lo que hacen (enfoque conductista, haciendo hincapié en el aprendizaje), o bien saben instintivamente cómo hacerlo (enfoque etológico, que subraya el papel de la herencia).
Ninguno de estos enfoques logra dar una explicación totalmente satisfactoria.
El conductismo, es decir la corriente de la psicología que defiende el empleo de procedimientos estrictamente experimentales para estudiar el comportamiento observable (la conducta), considerando el entorno como un conjunto de estímulos-respuesta da su punto de vista.
El enfoque conductista en psicología tiene sus raíces en el asociacionismo de los filósofos ingleses, así como en la escuela de psicología estadounidense conocida como funcionalismo y en la teoría darwiniana de la evolución, ya que ambas corrientes hacían hincapié en una concepción del individuo como un organismo que se adapta al medio (o ambiente).
El condicionamiento es una forma básica de aprendizaje que se basa en la asociación de respuestas emocionales a situaciones nuevas.
Existen dos tipos principales de condicionamiento: el clásico y el operante o instrumental.
El condicionamiento clásico: se basa en los estudios sobre el reflejo condicionado que llevó a cabo el fisiólogo ruso Iván P. Pávlov.
El condicionamiento operante está basado en el principio del refuerzo positivo y negativo (el premio y el castigo) desarrollado por el psicólogo estadounidense Burrhus F. Skinner.
Psicólogos y neurólogos utilizan hoy estas técnicas en la modificación de conducta y la emplean como terapia para tratar ciertos tipos de neurosis, desintoxicación de alcohólicos o algunos trastornos típicos que aparecen durante la infancia, como la fobia, enuresis, tartamudeo y otros.
EXPERIMENTO DE PAVLOV

El alimento al ser colocado en la boca, producen saliva, este fenómeno fisiológico permite que la comida sea alterada químicamente para que, tras ser diluida, pueda producirse el proceso digestivo.
Pavlov observa que dicha secreción puede ser evocada a distancia cuando un órgano sensorial (olfato o vista) detecta la presencia de algún alimento.
De esta manera, aún el plato en el que se acostumbra a alimentar al perro es suficiente para que se produzca el reflejo condicional de la secreción salival: “Y más adelante la secreción puede ser provocada con la sola vista de la persona que trae la vasija, o por el sonido de sus pisadas (Pavlov, 1927).
De acuerdo a una relación espacio temporal entre estímulos, se llegó a postular la teoría de que toda nuestra conducta no es nada más que una cadena de reflejos, algunos innatos y la mayor parte (sobre todo en los seres humanos) aprendidos, adquiridos o condicionados por el simple hecho de haber (en algún momento de la existencia del organismo) sido asociadas ciertas condiciones ambientales.
Pavlov nunca imaginó lo que sus investigaciones llegarían a influir decisivamente en el principal defensor del conductismo, John Broadus Watson.
MAS SOBRE ESTE CIENTIFICO

Iván Petróvich Pávlov ; Riazán, 14 de septiembre 1849-Leningrado, 27 de febrero de 1936) fue un fisiólogo ruso.
En 1890 obtuvo la plaza de profesor de fisiología en la Academia Médica Imperial y fue nombrado director del Departamento de Fisiología del Instituto de Medicina Experimental de San Petersburgo. En la siguiente década centró su trabajo en la investigación del aparato digestivo y el estudio de los jugos gástricos, El científico dedicó más de 10 años a aprender a hacer orificios en el tracto intestinal. Era una operación muy complicada, ya que el jugo gástrico al salir del intestino corroía los tejidos de éste y los de la pared abdominal. La técnica de Pávlov se basaba en introducir un tubo metálico por una pequeña incisura. Era imprescindible una sutura habilidosa de la piel y de la membrana mucosa y cerrar la salida de la cánula con un tapón. De esta manera pudo obtener jugo gástrico de cualquier parte del tracto intestinal, desde las glándulas salivales hasta el intestino grueso, trabajos por los que ganó el premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1904, convirtiéndose así en el primer ruso que recibió esta distinción,
Los resultados de las investigaciones de Pávlov fueron publicadas en 1897 en el libro The Work of the Digestive Glands.
Pávlov es conocido sobre todo por formular la ley del reflejo condicional que, por un error en la traducción de su obra al idioma inglés, fue llamada «reflejo condicionado», la cual desarrolló a partir de 1901 con su asistente Ivan Filippovitch Tolochinov, al tiempo que en EE. UU. Edwin Burket Twitmyer realizaba observaciones similares. Pavlov observó que la salivación de los perros que utilizaban en sus experimentos se producía ante la presencia de comida o de los propios experimentadores, y luego determinó que podía ser resultado de una actividad psicológica, a la que llamó «reflejo condicional». Esta diferencia entre «condicionado» y «condicional» es importante, pues el término «condicionado» se refiere a un estado, mientras que el término «condicional» se refiere a una relación, que es precisamente el objeto de su investigación.
Realizó el conocido experimento consistente en hacer sonar un metrónomo (a 100 golpes por minuto, aunque popularmente se cree que empleó una campana) justo antes de dar alimento en polvo a un perro, llegando a la conclusión de que, cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar nada más al oír el sonido del metrónomo (aparato que en ocasiones usan los músicos para marcar el ritmo). Tolochinov, que llamó al fenómeno «reflejo a distancia», comunicó los primeros resultados en el Congreso de Ciencias Naturales en Helsinki en 1903.
Posteriormente ese mismo año, Pávlov realizó una exposición detallada de los resultados en el 14º Congreso Médico Internacional en Madrid, donde leyó su trabajo bajo el título The Experimental Psychology and Psychopathology of Animals.
En la década de 1930 volvió a destacarse al anunciar el principio según el cual la función del lenguaje humano es resultado de una cadena de reflejos condicionales que contendrían palabras.
La fundación del conductismo como tal ha sido criticada por algunos filósofos y psicólogos al considerarla una escuela de la Psicología que se centra en la interacción entre el comportamiento y el ambiente, y cómo se puede aprender.
En agosto de 1935 la Unión Soviética celebró el Congreso Mundial de Fisiología en Moscú y Leningrado con la asistencia de más de 900 científicos del mundo. Ivan Pávlov fue nombrado como el fisiólogo más importante del mundo. Pávlov clausuró las jornadas con un emotivo discurso: "Mi vida entera se compone de experimentos, nuestro gobierno también experimenta, solo que a más alto nivel".
Las observaciones originales de Pávlov eran simples. Si se ponen alimentos o ciertos ácidos diluidos en el hocico de un perro hambriento, éste empieza a segregar un flujo de saliva procedente de determinadas glándulas. Este es el reflejo de salivación, pero eso no es todo. Pávlov observó que el animal también salivaba cuando la comida todavía no había llegado al hocico: la comida simplemente vista u olida provocaba una respuesta semejante. Además, el perro salivaba ante la mera presencia de la persona que por lo general le acercaba la comida o cualquier otro estímulo que sistemáticamente la anunciara. Esto llevó a Pávlov a desarrollar un método experimental para estudiar la adquisición de nuevas conexiones de estímulo-respuesta. Indudablemente, las que había observado en sus perros no podían ser innatas o connaturales de esta clase de animal, por lo que concluyó que debían ser aprendidas (en sus términos, condicionales). El primer paso, cuando se realiza este experimento, es familiarizar al perro con la situación experimental que va a vivir, hasta que no dé muestras de alteración, sobre todo cuando se le coloca el arnés y se lo deja solo en una sala aislada. Se practica una pequeña abertura o fisura en la quijada del perro, junto al conducto de una de las glándulas salivares. Luego, se le coloca un tubito (cánula) de cristal para que salga por él la saliva en el momento en que se activa la glándula salivar. La saliva va a parar a un recipiente de cristal con marcas de graduación, para facilitar su cuantificación.
