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I  SHALL RETURN ; ES DECIR YO VOLVERE

SOBRE LA VIDA APASIONANTE DEL GENERAL DOUGLAS MAC ARTHUR 

Publicado: 2017-07-11

Por: Dennis Falvy   

El blog  de Gato Encerrado en un reciente post, señalaba que ante la banca y Wall Street quién es la que corta el jamón en Jirón Junín, la señora Polastri ,organizó una fastuosa cena de 5 tenedores y mantel blanco para despedir al exministro Alfredo Thorne el último viernes 30 de junio. 

El champagne Moet & Chandon, el jerez La Ina, el cognac Courvoisier corría a raudales. Thorne se emocionó hasta las lágrimas. Casi no se le escuchaba al batir de las cucharitas ensordecedoras. 

A despecho del crecimiento del PBI de 1,57 % en los primeros cuatro meses del año 2017 -record de los últimos 15 años-, habría parafraseado, con voz casi inaudible, aquella despedida del general Mac Arthur al salir de Filipinas “Me voy pero volveré”.

La verdad es que me pareció un exceso que Thorne hiciera una analogía con alguien de primer nivel y que fue al igual que el General Lee quien lideró para el Sur , la Guerra de Secesión y terminó la guerra ante el General Grant. Dos soldados brillantes y con trayectoria impresionante.Ambos los mejores de West Point en toda su historia. Por lo que asumir una frase de un fuera de serie , la verdad que este señor debe estar dolido por haber perdido el cargo por “Naive” y porque es claro que le serrucharon el piso.

Debido a esto me pareció importante rescatar in extenso la vida de este general que la verdad es apasionante, con no sólo su salida de las Filipinas, en que tuvo que acatar la orden del Presidente Roosevelt, sino  su actuación en el buque Missouri , en que en plena cubierta , el 2 de septiembre del 1945 , se selló la rendición incondicional del Japón a los aliados, consecuencia final de las bombas atómicas en Nagasaki y Hiroshima.

Luego vino el manejo de Japón con el emperador Hirohito no procesado por crimenes de guerra, algo que decidió el General ; el tema de la Guerra de Corea y el desembarco de Ischon y su afán por ayudar a Chiang Kai- shek y liquidar a Mao tse Tung con poderío nuclear, por lo que fue dejado de lado por el Presidente Truman.

La destitución del general Douglas MacArthur fue ordenada por el presidente Harry S. Truman en el año 1951, dadas las intenciones del primero de emplear armas nucleares durante la guerra de Corea.

El militar estadounidense tuvo que volver de Corea del Norte. Dio su último discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, el cual se haría célebre.

MacArthur nació en Little Rock (Arkansas) en 1880. Su padre, Arthur MacArthur, fue un general que había luchado en numerosas guerras. Douglas, tras graduarse en la academia militar de West Point y conseguir un 98.`14 de media de calificaciones, emprendió la carrera militar. Durante la I Guerra Mundial, MacArthur llegó a ser el oficial más condecorado del ejército estadounidense y el jefe de brigada más joven.

Durante la II Guerra Mundial, MacArthur se encargó de la Campaña del Pacífico, destacando su actuación en Filipinas. El 15 de agosto de 1945, fue la persona que recibió la rendición de Japón, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.

Luego, fue enviado a Japón para tratar de ocuparlo y recomponerlo para así obtener un aliado en Asia contra la URSS.

LA GUERRA EN COREA

Evolución de la Guerra de Corea (1950-1953).

Tras la rendición de Japón en 1945, las potencias aliadas tuvieron que decidir el destino de Corea, hasta ahora bajo control japonés. Finalmente se decidió dividir a Corea en dos, y que los japoneses por encima del paralelo 38 se rindieran a los soviéticos, mientras que al sur del paralelo, los norteamericanos tomarían el poder.

En Corea del Norte, se decidió instaló un estado socialista de corte estalinista, al mando de Kim Il-sung, mientras que los estadounidenses imponían a Syngman Rhee en Corea del Sur.

Con el fin de la guerra, las fuerzas apostadas en Corea del Sur fueron gradualmente reducidas, por lo que MacArthur recomendó al gobierno retirarlas o aumentarlas. El gobierno decidió entrenar al ejército surcoreano pero retiró sus fuerzas en 1949.

Corea del Norte contaba con el apoyo de la URSS y la República Popular China. Estas últimas habían estado infiltrando soldados en Corea del Norte desde hacía tiempo, pero hasta la visita de Mao Tse Tung a la Unión Soviética el gobierno chino no apoyó directamente a Corea, parece ser que para conseguir equipamiento y tecnología soviéticas.

COMIENZO DE LA GUERRA

El 25 de junio de 1950 el “Inmun Gun”, el ejército norcoreano, traspasaba el paralelo 38 en busca de la conquista de Corea del Sur. Este ejército estaba muy bien entrenado y en buenas condiciones, a diferencia del pésimo ejército de Corea del Sur.

Corea del Sur contaba con unos cientos de miles de hombres, pero sin fuerza aérea, artillería, tanques ni buen entrenamiento. Eran como milicias. En cambio, el Inmun Gun, de 150.000, había sido muy ayudado por los rusos, con buen entrenamiento, tanques, artillería y fuerza aérea.

MacArthur no se alarmó mucho y Corea no parecía estratégicamente importante. Su destino era de poca importancia. Pero pronto se encendió la alarma considerando que Corea estaba demasiado cerca de Japón. Si Estados Unidos deseaba asegurar la seguridad de Japón, tendría que asegurar Corea. No conocía la situación real.

El presidente estadounidense, Harry S. Truman ordenó a MacArthur apoyar a los surcoreanos con algunos refuerzos. Para el 26 de junio, Seúl había caído y el avance norcoreano era imparable. MacArthur se enteró del hecho y pudo abrir los ojos. Mientras, Truman se reunía con sus principales generales en Washington y ordenaba defender Corea, para sorpresa de MacArthur.

Rhee tuvo que huir al puerto de Busán con los restos del ejército surcoreano. Los norteamericanos se atrincheraron en Busán a la espera del Inmun Gun. El VIII Ejército, bajo las órdenes del teniente general Walton H. Walker, tuvo que sostener Busán. Los norcoreanos atacaron salvajemente las posiciones en Busán, pero los estadounidenses resistieron.

EL CONTRAATAQUE

MacArthur decidió que debía penetrar en la retaguardia enemiga, para así atrapar al Inmun Gun entre el VIII Ejército y otra posición en retaguardia. MacArthur eligió la bahía de Inchón. Si bien Inchón era muy arriesgada y muchos se opusieron a ella, MacArthur permaneció incólume.

Finalmente, el 15 de septiembre de 1950, se realizó el legendario desembarco de Inchón, que según muchos, entre ellos el mismo MacArthur, fue una obra maestra y la mejor de su vida. Con el desembarco, en septiembre ya Seúl fue recuperada, el Inmun Gun destruido, el VIII Ejército avanzaba y la reputación de MacArthur estaba salvada.

Pronto otra preocupación invadió a MacArthur: en 1949 la revolución roja de Mao Tse-Tung dio sus frutos y derrocó al opresor y corrupto régimen del Kuomintang, dirigido por Chiang Kai-Shek, para implantar otro régimen opresor, pero esta vez bajo el comunismo. Chiang Kai-Shek huyó a la isla china de Formosa, en donde montó una pequeña resistencia. Truman no estaba dispuesto a cooperar con nacionalistas chinos contra comunistas chinos, pero MacArthur creía que si es cierto que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, entonces había que abogar por frenar la expansión comunista. Los 2 000 000 de tropas de Chiang estaban en Formosa. MacArthur apoyó más a Chiang cuando le ofreció ayuda.

Mientras, las tropas norteamericanas siguieron avanzando hasta pasar el paralelo 38, tomar Pionyang y acorralar a Kim Il-sung contra la frontera septentrional de Corea. Tras el éxito en Inchón, y con las elecciones parlamentarias acercándose, Truman quiso reunirse con MacArthur para obtener algún provecho político.

Acordaron una reunión en la isla Wake, el 15 de octubre de 1950, que pasaría a ser histórica, aunque no se habló de nada importante por el odio recíproco.

Lo único importante que declaró MacArthur fue que los chinos no intervendrían en la guerra, ya que sólo podían transportar muy pocas tropas a través del río Yalu(Amnok en coreano). Además, argumentó que no tenían fuerza aérea. Error que pronto tendría que lamentar.

Con los norcoreanos casi borrados del mapa, MacArthur pudo restablecer a Rhee en el poder. En total, EE. UU. tenía 300, 000 hombres en Corea. Pronto China reaccionó y dijo que si sus fronteras eran violadas, China entraría en guerra, y que en Corea del Norte habría, al menos, resistencia china. Pero MacArthur decidió ir más allá y acercarse peligrosamente a las fronteras china y soviética. Esto fue un obvio error estratégico y una de las causas de su destitución. Lo que éste no sabía era que los chinos ya habían infiltrado 100.000 hombres, aunque MacArthur aseguraba que eran 16.000. Esto se debió a la táctica de Mao Tse Tung de hacer pasar a los soldados chinos por fuerzas coreanas, dada la similitud entre estos. Según Mao: "Si es necesario, podemos introducir subrepticiamente soldados entre ustedes". Además dijo "No se darán ni cuenta".

LA RETIRADA

Los chinos, que eran veteranos, aprovecharon la brecha entre el VIII Ejército y el X Cuerpo, dos fuerzas en Corea del Norte, para destruirlos. Después los chinos se retiraron, confiados en que su movimiento había servido como advertencia. No obstante MacArthur continuó el avance al Yalu (Amnok en coreano), desafiando a los chinos. El 25 de noviembre de 1950 los chinos contraatacaron, esta vez con 300 000 hombres. Derrotaron a las fuerzas norteamericanas, que pronto estuvieron en total retirada, revirtiendo las victorias de MacArthur desde Inchón. MacArthur se puso pesimista, ordenó la retirada hasta la misma Busán y aseguró que sin otros 200 000 hombres de refuerzo, no se podrían sostener las posiciones en Corea.

Las pérdidas estadounidenses durante la retirada fueron cuantiosas, ya sea por la lucha o el invierno. Si bien las Naciones Unidas poseían una aplastante superioridad de fuego que acabó con miles de chinos, éstos siguieron avanzando de manera imparable.

Además, el Partido Demócrata, al que pertenecía Truman, sufrió una humillante derrota, lo que contribuyó al malestar del presidente. El comandante del VIII Ejército, Walton Walker, murió durante la batalla y fue reemplazado por el intrépido teniente general Matthew Ridgway.

LA DESPEDIDA DE MC ARTHUR

A comienzos de 1951 los chinos ya recapturaban Seúl. La situación era desesperada. Pero una excelente maniobra de Ridgway en contra de los chinos, no sólo permitió la recuperación de Seúl, sino que además expulsó a los chinos, muy desgastados por los bombardeos, de Corea del Sur. La excelente victoria de Ridgway contrastaba con la exageración de MacArthur, quien aseguraba que con las tropas que tenía en ese momento la victoria era imposible. Tras esto, Truman por fin pudo iniciar las negociaciones de paz, que fueron abruptamente aniquiladas por MacArthur tras emitir un comunicado en el que amenazaba a los chinos y los conminaba a rendirse. Este fue el momento. Truman lo tomó por insubordinación lisa y llana. La hora le había llegado a MacArthur. Más encima, MacArthur escribió a un congresista republicano una furibunda carta criticando la política exterior de Estados Unidos, carta que fue publicada.

Para poner un broche de oro al fin de MacArthur, había dado entrevistas a diarios derechistas en las que arremetía contra las restricciones que le habían impuesto los altos mandos en Washington. Según MacArthur, fue ridícula y sin sentido la estrategia seguida por Estados Unidos, estrategia que él no obedeció.

Finalmente, el 10 de abril de 1951 Truman lo relevó de todos los mandos, siendo confirmada oficialmente el 12. Truman lo reemplazó por el intrépido Matthew Ridgway, quien llegaría a ser Jefe de Estado Mayor.

Tras esto, empaca sus cosas y retorna a EE. UU. por avión, en su afán de llegar lo más pronto posible, ya que se le había asegurado que el Partido Demócrata perdería las elecciones, y por lo menos en dos ocasiones (1944 y 1948) MacArthur soñó con la Casa Blanca. Si lograba obtener la nominación republicana, podría ganar. Para esto, era crucial que regresara lo antes posible, para que así Truman no pudiera desprestigiarlo ante la opinión pública.

Así terminaban 52 años de carrera en el Ejército de los Estados Unidos. Douglas MacArthur, general de cinco estrellas, se retiraba.

DEBER , HONOR, PAIS


La famosa trilogía de este estupendo general,  conlleva el Duty, Honor y Country, con aquel corolario a ella de "Old soldiers never die, they just faded away"

Discurso del General Douglas MacArthur al Cuerpo de Cadetes de la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point, NY, el 12 de mayo de 1962, al aceptar el Premio Thayer.

Cuando salía del hotel esta mañana, un portero me preguntó: -¿Adónde vas, general? Y cuando le contesté: "West Point", comentó, "Hermoso lugar: ¿has estado alguna vez allí antes?" [Risa]

Ningún ser humano podría dejar de sentirse profundamente conmovido por un tributo como este, proveniente de una profesión a la que he servido durante tanto tiempo ya un pueblo al que tanto he amado. Me llena de una emoción que no puedo expresar. Pero este premio no está destinado principalmente para honrar º una personalidad, pero para simbolizar un gran código moral - el código de conducta y la caballería de los que temen esta querida tierra de la cultura y la antigua descenso. Esa es la animación de este medallón. Para todos los ojos y para todos los tiempos, es una expresión de la ética del soldado estadounidense. Que me integren de este modo con un ideal tan noble, despierta un sentimiento de orgullo y, sin embargo, de humildad que siempre estará conmigo.

"Deber, Honor, País" - esas tres palabras sagradas dicen reverentemente lo que debes ser, lo que puedes ser, lo que serás. Ellos son su punto de reunión para construir coraje cuando el valor parece fallar, para recuperar la fe cuando parece haber poca causa para la fe, para crear esperanza cuando la esperanza se vuelve desamparada.

Por desgracia, no poseo esa elocuencia de la dicción, esa poesía de la imaginación, ni esa brillantez de la metáfora para decirles todo lo que significan.

Los incrédulos dirán que no son más que palabras, sino un eslogan, pero una frase extravagante. Cada pedante, cada demagogo, cada cínico, cada hipócrita, cada perturbador, y, lo siento decir, algunos otros de un carácter completamente diferente, tratará de degradarlos hasta el grado de burla y ridículo.

Pero estas son algunas de las cosas que hacen . º Ellos construyen su carácter básico. Te moldean para tus futuros papeles como guardianes de la defensa de la nación. Te hacen lo suficientemente fuerte como para saber cuando estás débil, y lo suficientemente valiente como para enfrentarte a ti mismo cuando tienes miedo.

Te enseñan a ser orgulloso e inflexible en un fracaso honesto, pero humilde y gentil en el éxito; No sustituir palabras por acción; No para buscar el camino de la comodidad, sino para hacer frente a la tensión y el estímulo de la dificultad y el desafío, Para aprender a ponerse de pie en la tormenta, pero para tener compasión de los que caen; Dominarse a sí mismo antes de tratar de dominar a otros; Tener un corazón limpio, una meta alta; Para aprender a reír, pero nunca olvidar cómo llorar; Para alcanzar en el futuro, pero nunca descuidar el pasado; A ser serio, pero nunca tomarse demasiado en serio; Ser modesto para que recuerdes la sencillez de la verdadera grandeza , la mente abierta de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.

Te dan un temperamento de la voluntad , º una cualidad de la º imaginación, un vigor de las emociones, la frescura de las profundas fuentes de la vida, un predominio temperamental de coraje sobre la timidez, un apetito por la aventura más amor a la comodidad.

Ellos crean en su corazón el sentido de la maravilla, la esperanza infalible de lo que viene, y la alegría e inspiración de la vida. Te enseñan de esta manera a ser un oficial y un caballero.

¿Y qué clase de soldados son los que usted debe dirigir? ¿Son confiables? ¿Son valientes? ¿Son capaces de victoria?

Su historia es conocida por todos ustedes. Es la historia del hombre de armas estadounidense. Mi estimación de él se formó en el campo de batalla º hace muchos, muchos años, y nunca ha cambiado. Lo consideré entonces, como lo considero ahora, como una de las figuras más nobles del mundo; No sólo como uno de los mejores personajes militares, sino también como uno de los más inoxidables.

Su nombre y fama son el derecho de nacimiento de cada ciudadano estadounidense. En su juventud y fuerza, su amor y lealtad, dio todo lo que la mortalidad puede dar. No necesita elogio de mí, ni de ningún otro hombre. Ha escrito su propia historia y la ha escrito en rojo sobre el pecho de su enemigo.

Pero cuando pienso en su paciencia bajo la adversidad, en su coraje bajo fuego y en su modestia en la victoria, estoy lleno de una emoción de admiración que no puedo expresar en palabras. Pertenece a la historia como un ejemplo de patriotismo exitoso. Pertenece a la posteridad como instructor de las generaciones futuras en los principios de libertad y libertad. Pertenece al presente, a nosotros, por sus virtudes y por sus logros. 

En veinte campañas, en un centenar de campos de batalla, alrededor de mil fogatas, he sido testigo de esa fortaleza perdurable, de esa abnegación patriótica y de esa invencible determinación que han esculpido su estatua en el corazón de su pueblo. De un extremo del mundo al otro, ha drenado profundamente el cáliz del coraje.

Al escuchar esas canciones , en el ojo de la memoria pude ver esas columnas asombrosas de la Primera Guerra Mundial, doblado bajo paquetes empapadas en muchos una marcha cansada, gotee la oscuridad a la llovizna del amanecer, penosamente a los tobillos a través del º fango de Shell- pocked carreteras , para formar con gravedad del ataque, labios azules, cubierto de lodo y barro, enfriado por el viento y la lluvia, conduciendo a casa a su objetivo, y para muchos, el tribunal de Dios.

No sé la dignidad de su nacimiento, pero sí sé la gloria de su muerte. Ellos murieron sin preguntar, sin quejarse, con fe en sus corazones, y en sus labios la esperanza de que íbamos a la victoria.

Siempre para ellos: deber, honor, país . Siempre su sangre y sudor y lágrimas, como hemos tratado º el camino, la luz y la verdad . º Y veinte años después, en el otro lado del globo, de nuevo º la suciedad de las trincheras sucias, el hedor de trincheras fantasmales, el limo de refugios que gotean, esos asar º soles de º implacable calor, las lluvias torrenciales de las tormentas devastadoras, la soledad y la desolación de los senderos de la selva, la amargura de la larga separación de sus seres queridos y apreciados, la peste destructora de tropical º enfermedad, el horror de las zonas afectadas por la guerra.

Su defensa decidida y decidida, su ataque rápido y seguro, su final indomable, su victoria completa y decisiva - siempre la victoria, siempre a través de la neblina sangrienta de su último disparo reverberante, la visión de los hombres magros y horribles, respetando su contraseña de deber , Honor, País .

El código que esas palabras perpetúan abarca la ley moral más alta y resistirá la prueba de cualquier ética o filosofía alguna vez promovida para el levantamiento de la humanidad. Sus requisitos son para las cosas que son correctas, y sus restricciones son de las cosas que están equivocadas. El soldado, sobre todos los demás hombres, está obligado a practicar el mayor acto de formación religiosa: el sacrificio. 

En la batalla y ante el peligro y la muerte, él dispone de los atributos divinos que su Hacedor dio cuando creó al hombre a su imagen. Ningún coraje físico y ningún instinto bruto pueden tomar el lugar de la ayuda divina que solo puede sostenerlo. Por muy duros que sean los incidentes de guerra, el soldado que está llamado a ofrecer y dar su vida por su país es el más noble desarrollo de la humanidad. 

Ahora se enfrentan a un mundo nuevo, un mundo de cambio. El empuje hacia el espacio exterior de las esferas de satélites y misiles marcar º un inicio de otra época en la larga historia de la humanidad. º En los cinco o más mil millones de años los científicos nos dicen que ha tomado para formar la tierra, en los tres o más mil millones de años de evolución de la raza humana, nunca ha habido una evolución más brusca o escalonamiento.

 Nos ocupamos ahora, no con cosas de este mundo solo, pero con las distancias ilimitadas y como º misterios aún insondables del universo. Estamos buscando una frontera nueva e ilimitada. Hablamos en términos extraños: de aprovechar la energía cósmica; De hacer que los vientos y las mareas trabajen para nosotros; de crear inaudita º materiales sintéticos para complementar o incluso reemplazar nuestros viejos conceptos básicos estándar; para purificar º agua de mar para nuestra bebida; de la minería de los suelos del océano para nuevos campos de la riqueza y la alimentación; De prevenir enfermedades para expandir la vida en los cientos de años; De controlar el tiempo para una distribución más equitativa del calor y del frío, de la lluvia y del brillo; De naves espaciales a la Luna; º del objetivo principal en la guerra, ya no se limita a las fuerzas armadas de un enemigo, sino que incluye a sus poblaciones civiles; del último conflicto entre una raza humana unida y las fuerzas siniestras de alguna otra galaxia planetaria; de º tales sueños y fantasías como para hacer la vida más emocionante de todo el tiempo .

Y a través de toda esta confusión de cambio y desarrollo su misión permanece fija, determinada e inviolable. Es ganar nuestras guerras. Todo lo demás en su carrera profesional es sólo corolario de esta dedicación vital. Todas las demás públicas propósitos , todos los otros proyectos públicos, todas las otras necesidades públicas, grandes o pequeños, encontrarán otros para su realización ;  pero ustedes son los que están capacitados para luchar. La tuya es la profesión de las armas, la voluntad de ganar, el conocimiento seguro de que en la guerra no hay sustituto de la victoria, que si pierdes, la Nación será destruida, que la obsesión de tu servicio público debe ser deber, País .

Otros debatirán los temas polémicos, nacionales e internacionales, que dividen la mente de los hombres. Pero sereno, tranquilo, distante, usted permanece como los guardianes de la guerra de la Nación, como sus salvavidas de las violentas mareas del conflicto internacional, como sus gladiadores en la arena de la batalla. Durante un siglo y medio has defendido, protegido y protegido sus sagradas tradiciones de libertad y de libertad, de derecho y de justicia.

 Que las voces de los civiles discutan los méritos o deméritos de nuestros procesos de gobierno: si nuestra fuerza está siendo socavada por el déficit de financiamiento, demasiado tiempo, por el paternalismo federal demasiado poderoso, por grupos de poder demasiado arrogantes, por la política demasiado corrupta, por el crimen Crecido demasiado, por la moral demasiado baja, por los impuestos demasiado altos, por los extremistas demasiado violentos; Si nuestras libertades personales son tan firmes y completas como deberían ser ; Estos grandes problemas nacionales no son para su participación profesional o solución militar. Su guía se destaca como un faro diez veces en la noche: Deber, Honor, País .

Eres la levadura que une todo el tejido de nuestro sistema nacional de defensa. De vuestras filas vienen los grandes capitanes que tienen el destino de la nación en sus manos en el momento en que tocsin de la guerra suena.

La Línea Gris Largo nunca nos ha fallado. ¿Estaba Para ello, un millón de fantasmas en verde oliva, caqui marrón, azul y gris, º pasarían de sus cruces blancas, tronando esas palabras mágicas: deber, honor, país .

Esto no significa que seas guerreros. Por el contrario, el soldado por encima de todo el mundo reza por la paz, porque debe sufrir y soportar las heridas más profundas y las cicatrices de la guerra. Pero siempre en nuestros oídos sonar las ominosas palabras de Platón, el más sabio de todos los filósofos: "Sólo los muertos han visto el fin de la guerra".

Las sombras se alargan para mí. El crepúsculo está aquí. Mis días antiguos han desaparecido - tono y tinte. Han ido brillando a través de los sueños de las cosas que eran. Su memoria es de una belleza maravillosa, regada por las lágrimas y persuadida y acariciada por las sonrisas de ayer. Escucho entonces, pero con el oído sediento, la melodía bruja de débiles clarines que soplan revoloteando, de tambores lejanos golpeando el largo rollo. En mis sueños vuelvo a oír el ruido de los cañones, el ruido de la mosquetería, el extraño y triste murmullo del campo de batalla. Pero en la noche de mi memoria siempre Iº vuelvo a West Point. Siempre hay ecos y re-ecos: Deber, Honor, País .

Hoy marca mi llamada final con usted. Pero quiero que sepas que cuando cruce el río, mis últimos pensamientos conscientes serán del Cuerpo, y del Cuerpo, y del Cuerpo.


BIIOGRAFIA DEL GENERAL 

Douglas MacArthur (26 de enero de 1880 - † 5 de abril de 1964) fue un militar estadounidense condecorado con la Medalla de Honor. Actuó como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en el Frente del Pacífico del Sur durante la Segunda Guerra Mundial.

 Aunque perdió las Filipinas durante las fases iniciales de la lucha, lideró con éxito la defensa de Australia y la reconquista de Nueva Guinea, las Filipinas y Borneo.

 Era el jefe previsto para dirigir la invasión de Japón en noviembre de 1945, por lo que cuando el país se rindió, fue nombrado representante de los aliados en la ceremonia de rendición del 2 de septiembre. Supervisó la ocupación de Japón desde 1945 hasta 1951, y se le atribuye el mérito de los amplios cambios democráticos realizados en el país durante esas fechas.

Es el militar más condecorado de la historia de los Estados Unidos de América.

MacArthur es una de las figuras más controvertidas en la historia estadounidense. Muy admirado por muchos, que defienden su brillantez estratégica y táctica, es también criticado por otros tantos que le acusan de tener un discutible criterio militar y le recriminan sus acciones en el ejercicio del mando, en especial su desafío al presidente Truman en 1951, debido en gran parte al probado e infundado odio que se tenían mutuamente. 

Se caracterizó por ser un ferviente anticomunista, y sus últimas campañas (en Japón y Corea) trató de evitar cualquier invasión o ataque comunista proveniente de China o la Unión Soviética, primero impidiendo a Stalin ocupar parte de Japón, y luego al desafiar a los chinos en la Guerra de Corea e impulsar una política de cooperación con el líder nacionalista chino, Chiang Kai-Shek, en detrimento de Mao Tse-Tung.

Lideró las fuerzas de las Naciones Unidas que defendieron Corea del Sur en 1950-1951 contra el intento de Corea del Norte de unificar el país por la fuerza. MacArthur fue relevado del mando por el presidente Harry S. Truman en abril de 1951, por sus discrepancias públicas con la política presidencial.

El general MacArthur tomó parte en tres guerras a escala mundial (Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea) y llegó a alcanzar el rango de General de Ejército, uno de los cinco que lo han ostentado en la Historia militar de los Estados Unidos. El presidente de Filipinas Manuel L. Quezon le nombró Mariscal de Campo de Filipinas en 1938, el único estadounidense que ha ostentado ese rango en toda la historia.

MacArthur nació en Little Rock (Arkansas), hijo del teniente general Arthur MacArthur, condecorado también con la Medalla de Honor durante la Guerra Civil estadounidense (quien a su vez era hijo del jurista y político Arthur MacArthur, Sr.) y Mary Pinkney Hardy MacArthur, de Norfolk (Virginia). Fue bautizado en la Iglesia Episcopal de Cristo en Little Rock el 16 de mayo de 1880

En  su autobiografía titulada Reminiscencias, MacArthur escribió que su primer recuerdo era el del sonido de la corneta, y que había aprendido a "cabalgar y a disparar incluso antes de saber leer o escribir - de hecho, casi antes de aprender a andar" 

Como muchos niños, hijos de soldados del ejército estadounidense, pasó su infancia mudándose de fuerte en fuerte. En su juventud pasó tiempo en Washington DC con su abuelo paterno, el juez Arthur MacArthur, miembro de la escena política de alto nivel de Washington que influenció al joven Douglas.

El padre de MacArthur fue destinado a San Antonio (Texas) en 1893. Allí, Douglas asistió a la Academia Militar de Texas Oeste (conocida hoy día como T.M.I.-The Episcopal School of Texas), donde destacó como un excelente estudiante. Como hijo de un condecorado con la Medalla de Honor tenía plaza gratuita en West Point, en la que ingresó en 1898. Fue un cadete brillante, graduado como el primero de su clase (de 93 miembros) en 1903, con unas notas tan altas que solo dos estudiantes las han superado en la historia de la academia (uno de ellos era Robert E. Lee). 

Su primer destino fue como subteniente en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos. Sirvió como ayudante de su padre, destinado por aquel entonces como gobernador general de Filipinas, que aún era una posesión estadounidense.

De 1904 a 1914 fue asignado a tareas de ingeniería en las Filipinas, Wisconsin, Kansas, Míchigan, Texas y Panamá. Durante ese tiempo asistió a la Escuela de Ingeniería Aplicada (1906-1907), se graduó en 1908 y trabajó en la oficina del Jefe de Ingenieros del ejército.

De 1913 a 1917, MacArthur sirvió en el estado mayor del Departamento de Guerra (predecesor del actual Departamento de Defensa de los Estados Unidos), cumpliendo asignaciones temporales en misiones de inteligencia en Veracruz, México, en 1914. 

Bajo el mando del general Frederick Funston MacArthur participó en una misión de reconocimiento de largo alcance tras las líneas mexicanas. Aunque fue citado por su valor y recomendado para la Medalla de Honor, no la recibió, ya que sus acciones habían violado claramente las órdenes recibidas de Funston.

PRIMERA GUERRA MUNDIAL

El brigadier general MacArthur en un chateau francés, septiembre de 1918.

Durante la Primera Guerra Mundial, MacArthur sirvió en Francia como jefe de Estado Mayor de la 42.ª División de Infantería. Tras ser ascendido a brigadier general, se convirtió en comandante de la 84,ª Brigada de Infantería, y unas semanas antes de que acabara la guerra, se convirtió en el comandante de la división. Combatiría con su división, entre otras, en las batallas de Saint-Mihiel y la ofensiva de Meuse-Argonne.

Durante la guerra, MacArthur recibió dos veces la Cruz de Servicios Distinguidos, siete Estrellas de Plata, una Medalla por Servicio Distinguido del Ejército y dos Corazones Púrpura. "Liderar desde el frente" era una política personal de MacArthur. 

Le ganó la confianza y el apoyo incondicional de sus hombres, pero le supuso varias heridas de guerra, y debido al hecho de que se negaba a ponerse la máscara antigás hasta que todos sus hombres la llevasen, tuvo problemas respiratorios durante el resto de su vida. En cualquier caso, al final de la guerra era el oficial más condecorado del ejército, y el jefe de división más joven. El general Charles T. Menoher, su predecesor al mando de la 42.ª División, dijo de él que era el "mayor luchador en el frente".

PERÍODO INTERBELICO O DE ENTREGUERRAS

Como muchos otros oficiales tras la guerra, MacArthur tuvo dificultades para conseguir mantener un empleo en el ejército, lo cual le resultó moralmente devastador. Sin embargo, no fue destituido de su rango en tiempo de paz, como les ocurrió a muchos; logró conservar su estrella de general, gracias principalmente al apoyo recibido del general Peyton C. March, el nuevo jefe de Estado Mayor del ejército. MacArthur usó todas las conexiones de su padre para lograr que no lo desmovilizasen. Una de las ofertas que se planteó fue la de convertirse en agregado militar de la Oficina de Asuntos Indios, aunque finalmente la desestimó.

En 1919, MacArthur se convirtió en el superintendente de la academia militar West Point, que se encontraba en un estado obsoleto en varios aspectos, y muy necesitada de reformas. MacArthur ordenó cambios drásticos en los sistemas tácticos, atléticos y disciplinarios; también modernizó el plan de estudios, añadiendo asignaturas de artes liberales, gobierno, y economía.

De 1922 a 1930 cumplió dos turnos de servicio en las Filipinas, el segundo como comandante del Departamento de Filipinas (1928-1930); también cumplió dos turnos como comandante de áreas de cuerpo de ejército en los Estados Unidos. En 1925 fue ascendido a Mayor General, el más joven existente por aquel entonces, y participó en la corte marcial que juzgó y condenó al brigadier general Billy Mitchell. En 1928, presidió el comité olímpico estadounidense para los Juegos de Ámsterdam. Se casó con Henrietta Louise Cromwell Brooks, una rica heredera, el 14 de febrero de 1922; ella tenía dos hijos de un anterior matrimonio. Se divorciaron en 1929.

JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO

El presidente Herbert C. Hoover nombró a MacArthur Jefe de Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos en noviembre de 1930 con el cargo temporal de general. En sus nuevas funciones, tuvo que enfrentarse a duros recortes de presupuesto acompañados por un exceso de alistamientos a causa del desempleo.

Una de sus actuaciones más controvertidas tuvo lugar en 1932, cuando recibió la orden de Hoover de usar al ejército para dispersar al "Bonus Army", un enorme grupo de veteranos de la Primera Guerra Mundial sin empleo y con problemas económicos, que habían acampado en la capital con sus parientes y amigos como protesta por la política del gobierno hacia ellos. Convencido de que los manifestantes eran en su mayoría comunistas y pacifistas en lugar de veteranos (llegó a afirmar que solo 1 de cada 10 hombres era realmente un veterano), ordenó a las tropas entrar en el campamento con la bayoneta calada y usando gases lacrimógenos a discreción. En los disturbios subsiguientes, dos veteranos murieron por disparos de arma de fuego, y centenares resultaron heridos de diversa consideración, incluyendo parientes y algunos niños.

El presidente Franklin Delano Roosevelt le renovó en el cargo. En octubre de 1935, el ejército estadounidense era el 16.º en tamaño del mundo, con 13 000 oficiales y 126, 000 soldados. Los principales puntos de actuación de MacArthur en esta segunda etapa fueron sus programas para el desarrollo de nuevos planes de movilización y una reorganización de efectivos a nivel administrativo en cuatro ejércitos distintos, lo que mejoró la eficacia administrativa. Apoyó decididamente el New Deal mediante la creación, desvío de recursos y posterior uso del Cuerpo Civil de Conservación. Asimismo, impulsó y favoreció la carrera de oficiales de gran talento, como George Marshall y Dwight D. Eisenhower.

EJÉRCITO DE FILIPINAS

Cuando la Mancomunidad de Filipinas alcanzó un estado de semi-independencia en 1935, tuvo que iniciar la creación de su propio ejército. El presidente de Filipinas Manuel L. Quezón pidió a MacArthur que supervisara la creación del las Fuerzas Armadas de Filipinas como comandante en jefe. MacArthur, tras consultarlo con Roosevelt, aceptó el nombramiento. 

Quezón había sido amigo suyo cuando su padre era gobernador general. Le presentó dos condiciones para aceptar el cargo: su sueldo y su casa tenían que ser equivalentes a los del presidente. Hay que tener en cuenta que la residencia del presidente de Filipinas, el Palacio de Malacañán, era el lugar donde Douglas pasó su infancia. El palacio era la residencia del gobernador general en tiempos de la dominación española, lo fue también en tiempos del dominio estadounidense, y ha sido la residencia oficial del presidente de la nación hasta el día de hoy.

Se decidió albergar a MacArthur y su familia en una suite del famoso Hotel Manila, propiedad del gobierno de Filipinas. Se encontraba ubicado en Manila Bay, al otro lado del parque desde el Club del Ejército y la Armada, el lugar favorito de MacArthur, y estaba convenientemente cerca de la embajada estadounidense. 

Los contables del gobierno decidieron que la mejor forma de hacer frente al coste de la suite era convertir a Douglas en un empleado del hotel con derecho a residencia, de modo que se le concedió el título honorario de "Director General". 

MacArthur ignoró la parte que rezaba "honorario" y tomó el control del hotel durante todo el tiempo que vivió en él. Su suite aún existe en el hotel. A pesar del hecho de que Manila fue una de las ciudades más devastadas por las bombas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial, el hotel sobrevivió intacto; las fotografías de reconocimiento mostraron durante mucho tiempo una ciudad totalmente arrasada, excepto el Hotel Manila.

 Al parecer, los pilotos japoneses habían recibido órdenes de no bombardear el hotel como muestra de respeto hacia MacArthur, y una vez completada la conquista de la ciudad, se convirtió en la residencia del gobernador militar japonés. MacArthur dio la misma orden a los pilotos estadounidenses al reconquistar Filipinas. Existe la leyenda de que su suite, con todas las posesiones que tuvo que dejar atrás en su retirada, estaba aún intacta, como si se hubiera marchado el día anterior. Sea o no real la anécdota, MacArthur sentía un tremendo respeto por la tradición del "honor entre guerreros", un rasgo de su carácter que le facilitó la comprensión con los líderes japoneses en los años venideros.

El general no olvidaba sus finanzas. Invirtió fuertemente en la industria y la minería filipinas. Antes de que el Banco Nacional de Filipinas en Nueva York cerrara, después de que los japoneses bombardearan Pearl Harbor, consiguió vender todas sus acciones y cambiar todos sus pesos por dólares.

Entre los asistentes de MacArthur en las Filipinas, con el cargo de asesor militar, estaba su viejo amigo Eisenhower.

El 30 de abril de 1937, MacArthur se casó con su segunda esposa, Jean Faircloth; tuvieron un solo hijo, y siguieron juntos hasta el día de la muerte de Douglas.

Cuando MacArthur se retiró del ejército de los Estados Unidos en 1937, el presidente Quezon le concedió el rango de mariscal de campo del ejército de Filipinas, el único en su historia. En julio de 1941 Roosevelt le llamó de nuevo al servicio activo en el ejército de los Estados Unidos y le nombró comandante de las Fuerzas de los EE.UU. en el Lejano Oriente.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Douglas MacArthur fumando una de sus famosas pipas de mazorca en el balcón del ayuntamiento de Manila, Filipinas, 2 de agosto de 1945

MacArthur supervisa el desembarco en Leyte desde la playa, en 1944

El general MacArthur desembarca en Leyte junto con su estado mayor

Mientras MacArthur mantuvo su cargo de Comandante Supremo de los Estados Unidos en el Lejano Oriente, se vio envuelto con cierta frecuencia en situaciones controvertidas. 

Una de las más sonadas se dio poco después de iniciarse las hostilidades para los Estados Unidos, cuando desautorizó a su comandante del aire, el general Lewis H. Brereton, que había pedido permiso para lanzar al ataque a la Fuerza Aérea del Lejano Oriente (Far East Air Force, FEAF) contra las bases japonesas en la cercana Taiwán. MacArthur calificó el plan de "suicidio", y ordenó que los aviones fueran trasladados de inmediato para alejarlos de los ataques nipones; durante el preludio de la invasión japonesa de Filipinas, solo la mitad habían sido trasladados con éxito, y la práctica totalidad de los que quedaban por retirar fue destruida en tierra.

 El relato de Brereton de los hechos ha sido muy desacreditado, y según Geoffrey Perret, el desastre se debió a un caso de negligencia grave por parte de oficiales de medio nivel, que se retrasaron al preferir el entorno de la Base Aérea Clark.

El cuartel general de MacArthur en la campaña de las Filipinas de 1941-42 fue la isla fortaleza de Corregidor; su único viaje a la línea del frente en Bataan hizo que empezase a circular el mote despectivo de "Digout Doug" (el enterrado Doug). 

Lo cierto es que Corregidor sufría bombardeos casi constantes por parte de las fuerzas aéreas japonesas, hasta el punto en que Manuel Quezón pidió expresamente al general que "no se pusiera a sí mismo en peligro". En marzo de 1942, mientras los japoneses ampliaban su control de las Filipinas, MacArthur recibió la orden directa de Franklin D. Roosevelt de trasladarse a Melbourne, Australia, después de que el presidente Quezón y su esposa ya se hubieran marchado.

 Tras muchas protestas y vacilaciones, MacArthur, su esposa, su hijo de cuatro años y un grupo selecto de asesores y comandantes subordinados, finalmente huyó de Filipinas a bordo de la lancha torpedera PT 41 comandada por el entonces teniente John D. Bulkeley, y logró escapar de una intensa búsqueda japonesa en persecución del general estadounidense.

Llegó a la isla de Mindanao el 13 de marzo, y se embarcó tres días después en un B-17 Flying Fortress; el 17 de marzo llegó al aeródromo de Bachelor, en el Territorio del Norte australiano, desde donde se desplazó a Adelaida en ferrocarril. Su famoso discurso, en el que dijo "Salí de Bataan, y volveré." se pronunció en Terowie, Australia Meridional, el 20 de marzo. Durante este periodo, el presidente Quezón concedió a MacArthur la Estrella de Conducta Distinguida Filipina.

Fue nombrado de inmediato Comandante Supremo de todas las fuerzas aliadas en el teatro del Pacífico Suroccidental, y con el fin de eliminar cualquier posible ambigüedad, el primer ministro de Australia, John Curtin, puso a las fuerzas armadas australianas directamente bajo su mando.

 Por aquel entonces, los australianos formaban el grueso de las tropas disponibles en la zona, complementadas con una pequeña cantidad de estadounidenses, holandeses, y el resto de los Aliados en proporción descendente. Una de las primeras tareas de MacArthur consistió en aumentar la confianza de los australianos, que temían una inminente invasión japonesa. 

Los combates estaban ya produciéndose predominantemente en la zona de Nueva Guinea y las Indias Orientales Neerlandesas. El 20 de julio de 1942 el cuartel general fue trasladado de nuevo, a Brisbane, al edificio de la AMP Insurance Company (que luego sería rebautizado como MacArthur Central, su nombre actual).

A finales de 1942 llegaron las victorias australianas en la batalla de la bahía de Milne y la campaña del Sendero de Kokoda, las primeras de las fuerzas terrestres aliadas contra los soldados japoneses. Cuando se le informó de que muchos oficiales de la 32.º División de Infantería(una unidad de la Guardia Nacional de los Estados Unidos movilizada a toda prisa) habían actuado de forma incompetente durante la ofensiva aliada sobre Buna y Gona (las mayores cabezas de playa japonesas en el nordeste de Nueva Guinea), MacArthur ordenó a Robert L. Eichelberger, comandante del I Cuerpo de los E.E.U.U., que tomase el control directo sobre todas las operaciones aliadas en la zona:

Bob, te pongo al mando en Buna. Releva a [Edwin] Harding... Quiero que apartes a todos los oficiales que no vayan a combatir. Releva a los comandantes de regimiento y batallón; si es necesario, pon sargentos al mando de batallones y cabos al mando de compañías... Bob, quiero que tomes Buna, o no vuelvas vivo... Y eso también vale para tu jefe de Estado Mayor."2

En marzo de 1943, la Junta de Jefes de estado mayor de E.E.U.U. aprobó el plan estratégico de MacArthur, conocido como operación Cartwheel, cuyo objetivo era capturar la base principal japonesa en Rabaul a base de ocupar posiciones estratégicas para usarlas como bases avanzadas. Durante 1944 se modificó el plan general a fin de sobrepasar Rabaul y dejar sitiadas a las fuerzas japonesas fortificadas allí. Inicialmente la mayoría de las fuerzas de tierra eran australianas, pero se incorporó al teatro de operaciones una cantidad cada vez mayor de fuerzas estadounidenses, incluyendo el Sexto Ejército de los EE.UU. (también conocido como Fuerza Álamo), y más adelante el Octavo Ejército.

Las fuerzas aliadas, bajo el mando de MacArthur desembarcaron en la isla de Leyte el 20 de octubre de 1944, cumpliendo su juramento de volver a Filipinas. La posición en el archipiélago se consolidó con la batalla de Luzón tras un fuerte combate, y a pesar de un contraataque masivo japonés en la batalla del Golfo de Leyte. Con la reconquista de las islas, MacArthur trasladó su cuartel general a Manila, con el fin de planificar la invasión de Japón, prevista para finales de 1945. Dicha invasión se anuló a consecuencia de la rendición japonesa tras los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, y el 15 de agosto de 1945 MacArthur recibió la rendición formal de Japón que dio por finalizada la Segunda Guerra Mundial.

Recibió la Medalla de Honor por su liderazgo en el teatro del pacífico suroeste. El presidente filipino Sergio Osmeña le condecoró también con la mayor medalla filipina, la Medalla al Valor de Filipinas.

POSGUERRA EN JAPÓN

El general MacArthur junto al emperador Hirohito en su primer encuentro en 1945.

MacArthur recibió órdenes de Washington el 29 de agosto de ejercer la autoridad final sobre el país a través de la maquinaria de gobierno existente, incluyendo la figura del Emperador Shōwa.

Algunos han afirmado que este periodo como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Japón, en que dirigió con mano firme al país hacia un nuevo régimen político durante cinco años y medio, es su mayor contribución a la historia. Sin embargo, algunos historiadores critican su trabajo para exonerar de toda investigación criminal a Hirohito y al resto de miembros de la familia imperial implicados en la guerra, como los príncipes Yasuhito Chichibu, Yasuhiko Asaka, Tsuneyoshi Takeda, Higashikuni Naruhiko y Hiroyasu Fushimi. El 26 de noviembre de 1945, MacArthur confirmó al almirante Mitsumasa Yonai que la abdicación del emperador no sería necesaria. 

MacArthur no solo exoneró a Hirohito, sino que ignoró el consejo de varios miembros de la familia imperial e intelectuales japoneses, que pidieron públicamente la abdicación del Emperador y el establecimiento de una regencia. Por ejemplo, el príncipe Takahito Mikasa, hermano menor del Emperador, llegó a afirmar en una reunión del consejo privado, en febrero de 1946, que Hirohito debía asumir la responsabilidad de la derrota; el famoso poeta Tatsuji Miyoshi escribió un ensayo en la revista Shinchô titulado "El Emperador debe abdicar enseguida".

Según el historiador Herbert Bix, MacArthur y Bonner Fellers habían preparado su propia aproximación a la ocupación y reforma del Japón. MacArthur proponía no modificar en lo más mínimo la situación de la figura del Emperador; se limitó a continuar la situación existente durante el último año de la guerra, resolviendo sus implicaciones a medida que las circunstancias lo requerían. 

El plan de acción, llamado "Operación Lista Negra" de manera informal, consistía en separar a Hirohito de los militaristas, manteniéndole como elemento de legitimación de las fuerzas de ocupación aliadas, y usando su imagen para potenciar la transformación del pueblo japonés hacia un nuevo sistema político.

«Meses antes de que iniciara sus actividades el Tribunal de Tokio, los más altos subordinados de MacArthur trabajaban en atribuir la responsabilidad última del ataque a Pearl Harbor a Hideki Tojo»

Citando los debates entre Harry S. Truman, Dwight D. Eisenhower y el propio MacArthur, Bix afirma que inmediatamente después de desembarcar en Japón, Bonnie Fellers se puso a trabajar en la protección de Hirohito del papel que había desempeñado durante y al final de la guerra, permitiendo a los principales sospechosos de crímenes de guerracoordinar sus versiones, a fin de proteger al Emperador y evitar que pudiera ser juzgado.

DICE TAMBIÉN JOHN DOWER,

«... Esta exitosa campaña para absolver al Emperador de cualquier responsabilidad de guerra no conoció límites. Hirohito no solo fue presentado como inocente de cualquier acto formal que pudiera hacerle susceptible de ser juzgado por crímenes de guerra. Fue convertido en una figura casi angelical que ni tan solo tenía alguna responsabilidad moral por la guerra. ...» Con el apoyo completo del cuartel general de MacArthur, la acusación funcionó, de hecho, como un abogado defensor del Emperador.

A finales de 1945, los jurados militares Aliados juzgaron a más de 4000 oficiales japoneses por crímenes de guerra. Unos 3000 fueron condenados a cumplir sentencias de prisión, y 920 fueron ejecutados. Los oficiales acusados se enfrentaron a cargos surgidos de múltiples incidentes, incluyendo la masacre de Nankín, la marcha de la muerte de Batán y la masacre de Manila.

Voces críticas con el proceso afirman que el general Tomoyuki Yamashita, comandante en jefe japonés en Filipinas, acusado de este último incidente, había perdido el control de sus hombres, y por tanto no debía ser ejecutado. De hecho, las tropas responsables cometieron los crímenes por orden del Conde Tereuchi, y así lo declaró la defensa. 

Sin embargo, ya que Yamashita no había dimitido de su puesto a pesar de su declarada incapacidad de controlar a sus hombres, se le consideró responsable final de los actos de las tropas bajo su mando y fue ejecutado. Tales voces críticas acusaban la sentencia como una venganza proferida por el orgullo del general MacAarthur, ya que el general Yamashita fue capaz de ofrecer una resistencia más eficiente y duradera en la defensa de las Filipinas, que en la que su momento ofreció MacArthur en 1942. 

El caso se convirtió en el precedente conocido como el "Estándar Yamashita". Se aplicó el mismo criterio de responsabilidad del mando al caso del general Masaharu Homma, quien también fue juzgado y condenado por las atrocidades ocurridas durante la marcha de la muerte de Bataan, considerando responsable al general de los actos de sus subordinados a pesar de no hallarse presente, ya que en ese momento se encontraba liderando a sus tropas en la captura de Corregidor. La PBS calificó los juicios de "apresurados". Los críticos de MacArthur suelen deplorar el "doble rasero" empleado, al no llevar hasta sus últimas consecuencias el concepto de "responsabilidad del mando" al mantener al margen al Emperador.

Indudablemente, MacArthur y el personal de su Estado Mayor ayudaron a un Japón devastado por la guerra a reconstruirse, instituyendo en el proceso un gobierno democrático, y establecieron un plan de reconstrucción que convirtió al Japón en una de las principales potencias industriales a nivel mundial. Los Estados Unidos, durante ese tiempo, mantuvieron un control firme del Japón y supervisaron su reconstrucción, gracias al hecho de que MacArthur fue el líder interino del país desde 1945 a 1948. En 1946, el personal de MacArthur redactó una nueva constitución de Japón que renunciaba a la posibilidad de declarar de nuevo la guerra, y reducía de forma considerable el papel del Emperador. Dicha constitución se mantiene todavía vigente. También impulsó cambios en el Parlamento de Japón, obligándolo a adoptar planes de descentralización que dividieron a las grandes compañías japonesas (Zaibatsu), y promovieron la creación de los primeros sindicatos de trabajadores del país.

Estos planes de reconstrucción alarmaron a muchos en los departamentos de Defensa y de Estado en los Estados Unidos, en el convencimiento de que entraban en conflicto con la intención de convertir al Japón y su potencia industrial en un freno a la expansión del comunismo en Asia. Algunas de las reformas de MacArthur, como sus leyes laborales, fueron rescindidas en 1948 cuando su control unilateral del país acabó a causa de las injerencias crecientes del Departamento de Estado. MacArthur devolvió el poder al recién formado gobierno japonés en 1949, y permaneció en el país hasta que fue relevado del cargo de Jefe Supremo en Japón por Harry S. Truman el 11 de abril de 1951, fecha en que el presidente Truman reemplazó a MacArthur por el general Matthew Ridgway. En 1952 Japón era ya un estado soberano, regido por la constitución que MacArthur había redactado y defendido.

GUERRA DE COREA

En 1945, como parte de la rendición del Japón, los Estados Unidos de América acordaron con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas dividir la península de Corea a lo largo del paralelo 38. Esto resultó en la creación de dos estados: uno procapitalista llamado República de Corea (más conocido como Corea del Sur), y otro procomunista llamado República Democrática del Pueblo de Corea (más conocido como Corea del Norte). Este último lanzó un ataque por sorpresa, invadiendo a su vecino en un intento de reunificar la península por la fuerza, el 25 de junio de 1950, dando inicio a la Guerra de Corea.

La Asamblea General de las Naciones Unidas autorizó a las Naciones Unidas a formar una coalición militar internacional para apoyar en su defensa a Corea del Sur. MacArthur tomó el mando de dicha coalición, primero en la operación de defensa a la desesperada, y luego, una vez detenida la invasión, en una contraofensiva total, destacando un arriesgado pero exitoso desembarco tras las líneas norcoreanas en el desembarco de Inchón, que ha sido calificado por muchos historiadores, y hasta el propio MacArthur, de una muestra de su genio militar y la mejor maniobra estratégica de su vida. La maniobra logró flanquear con éxito al ejército norcoreano, forzándole a retroceder hacia el norte completamente desorganizado. Las fuerzas de las Naciones Unidas iniciaron la persecución, entrando en territorio norcoreano y aproximándose a la frontera con China, establecida en el río Yalu.

El 19 de noviembre de 1950, con las fuerzas norcoreanas prácticamente destruidas, un fuerte contingente de tropas del ejército chino atravesó el Yalu, poniendo en desbandada a las fuerzas de la ONU y obligándolas a retroceder. La excusa ofrecida para la intervención fue el deseo chino de asegurar sus propias fronteras, alegando que la fuerza internacional podía amenazarlas. Calificando la intervención china como "el inicio de una guerra totalmente nueva", MacArthur pidió en repetidas ocasiones autorización para bombardear con armamento convencional las tropas, suministros y aeroplanos presentes en Manchuria, así como permiso para usar armamento nuclear contra Corea del Norte, o en su defecto, sembrar de restos radiactivos la frontera entre Corea del Norte y China para evitar la infiltración de este último.

 La administración del presidente Truman temía que semejantes medidas provocarían una escalada del conflicto con China, quizá incluso forzando la intervención de la URSS, aliada de China que también disponía de armamento nuclear. Truman deseaba mantener el conflicto en su forma de "guerra limitada", temiendo el estallido de la Tercera Guerra Mundial. Molesto por la continua negativa a satisfacer sus demandas, MacArthur empezó a realizar declaraciones a la prensa en las que advertía de una derrota aplastante e inminente.

En marzo de 1951, después de que un contraataque de la ONU liderado por Matthew Ridgway diera un nuevo giro a la situación en favor de los aliados, Truman alertó a MacArthur de su intención de iniciar conversaciones para llegar a un alto el fuego. La situación suponía el fin de las esperanzas del general de liderar una guerra total contra China, por lo que este rápidamente publicó un comunicado en el que emitía su propio ultimátum contra dicho país. 

La declaración pública de MacArthur hizo peligrar las negociaciones, aunque era similar en contenido a las recomendaciones hechas al presidente por la Junta de Jefes de Estado Mayor, por lo que recibió una suave reprimenda. Sin embargo, la paciencia de Truman llegó a su límite cuando el jefe republicano del Congreso leyó en él una carta de MacArthur en la que expresaba públicamente su punto de vista y sus enfrentamientos con la presidencia. En abril, la Junta de Jefes de Estado Mayor declaró necesario apartar a MacArthur del mando por razones militares, alegando que habían perdido confianza en su estrategia. Truman aprovechó la ocasión y le relevó de su cargo en Japón, situando en él a Ridgway el 11 de abril de 1951.

La sustitución de MacArthur levantó una enorme controversia, siendo un tema de discusión aún hoy día. Berstein y otros historiadores han afirmado que MacArthur nunca se opuso a la separación constitucional de poderes, algo de lo que fue acusado en su día por la presidencia. La guerra prosiguió en una situación de empate técnico durante dos años más, sin moverse ya de los alrededores del Paralelo 38.

REGRESO A LOS ESTADOS UNIDOS

MacArthur regresó directamente a Washington DC, su primera estancia en los Estados Unidos desde hacía 11 años. Allí hizo su última aparición pública, en la lectura de un discurso en el Congreso de los Estados Unidos, interrumpido por treinta ovaciones de los congresistas. En el que sería su discurso de despedida, dijo: "'Los viejos soldados nunca mueren; solo se desvanecen. Y como los viejos soldados de la balada, ahora cierro mi carrera militar, y simplemente me desvanezco - un viejo soldado que tan solo intentó cumplir con su deber como Dios le dio a entender. Adiós."

A su regreso de Corea tras ser relevado del mando por Truman, MacArthur se encontró con una masiva adulación popular a su persona, lo cual hizo surgir la expectativa de que podría presentarse a las elecciones legislativas de 1952 como candidato del Partido Republicano de los Estados Unidos. Sin embargo, la investigación de un Comité del Senado de los Estados Unidos acerca de su destitución, dirigida por Richard Russell, Jr., contribuyó de forma decisiva a enfriar el ambiente, y las esperanzas republicanas de contar con MacArthur pasaron a mejor vida. Este, en su autobiografía Reminiscencias, afirmó repetidamente que nunca tuvo aspiraciones políticas.

1952 HASTA SU MUERTE

En las elecciones de 1952 MacArthur no apareció como candidato, aunque dio su apoyo público al senador republicano Robert Taft, de Ohio.19 Se rumoreaba que Taft le había ofrecido la vicepresidencia, y de hecho logró que diera un discurso a su favor en la convención republicana para elegir al candidato. Sin embargo, el discurso no fue bien recibido.20 Taft perdió la nominación en favor de Dwight D. Eisenhower. MacArthur se mantuvo en silencio durante la campaña, que ganó Eisenhower por escaso margen. Tras la misma, Eisenhower consultó a MacArthur acerca de su opinión sobre la Guerra de Corea, y adoptó su sugerencia de amenazar con el uso de armamento nuclear para conseguir el fin de la guerra, entrando en la dinámica conocida posteriormente como Guerra Fría.

En 1956, el senador Joseph Martin propuso formalmente ascender a MacArthur al rango de General de seis estrellas; sin embargo, la propuesta fue vista como un posible conflicto con Eisenhower, quien era un igual de MacArthur en rango antes de ser presidente, y el tema acabó muriendo de forma discreta en el Senado sin llegar a ninguna resolución. MacArthur se convirtió en presidente de la compañía de computadoras Remington Rand y pasó el resto de su vida viviendo de forma discreta en Nueva York, con excepción de un espectacular viaje "sentimental" en el que volvió a Filipinas en 1961, para ser condecorado por el entonces presidente del país, Carlos P. García, con la Legión de Honor de Filipinas, en su rango de Comandante en Jefe.

El presidente John F. Kennedy se reunió dos veces con MacArthur para escuchar sus consejos en 1961. La primera vez fue poco después de la Invasión de Bahía de Cochinos. MacArthur se mostró extremadamente crítico con El Pentágono y sus consejos militares al presidente. También advirtió al joven presidente, aconsejándole que evitara el despliegue militar en Vietnam, indicando además que los problemas domésticos debían recibir mucha más prioridad.

MUERTE Y LEGADO

MacArthur y su segunda esposa, Jean Faircloth, pasaron los últimos años de su vida juntos en el ático del Waldorf-Astoria. Tras la muerte de MacArthur, su esposa Jean siguió viviendo en el mismo ático hasta su muerte. Ambos están enterrados juntos en Norfolk (Virginia); sus tumbas se encuentran en un edificio memorial y museo a la memoria del general, que había sido antiguamente el ayuntamiento de la ciudad, y enfrente de él se encuentra el MacArthur Center, un gran centro comercial bautizado en honor de MacArthur. Este eligió ser enterrado en la ciudad por ser el origen de la familia de su madre.

MacArthur deseaba ser recordado por los suyos por algo más que ser un soldado:

Por profesión, soy un soldado, y me enorgullezco de ello. Pero estoy aún más orgulloso - infinitamente más orgulloso - de ser un padre. Un soldado destruye para poder construir; el padre solo construye, nunca destruye. Uno tiene el potencial de la muerte; el otro personifica la creación y la vida. Y mientras las hordas de la muerte son poderosas, los batallones de la vida son aún más poderosos. Es mi esperanza que mi hijo, cuando me haya ido, me recuerde no en batalla, sino en casa repitiendo con él nuestra sencilla plegaria diaria, 'Padre nuestro que estás en el cielo'

El sobrino de MacArthur, Douglas MacArthur II (hijo de su hermano Arthur) sirvió como diplomático durante varios años, incluyendo un destino como embajador en Japón.

En 1945, MacArthur cedió su apreciada insignia de Castillos de Oro a su ingeniero jefe, mayor general Leif J. Sverdrup. Este los cedió a su sucesor en el cargo de Jefe de ingenieros del Ejército de los Estados Unidos en 1975, iniciando la tradición mantenida desde entonces de que sean llevados por el Jefe de Ingenieros del Ejército.

CONTROVERSIA

El general MacArthur es una figura muy controvertida. Su gestión en Japón tras la Segunda Guerra Mundial es como norma general muy alabada, al considerarse que fue el detonante de la transformación del país en una potencia económica durante la posguerra. Sin embargo, el hecho de que protegiera a algunos líderes del régimen Showa es objeto de muchas críticas. Según Herbert Bix (entre otros):

Las medidas realmente extraordinarias tomadas por MacArthur para salvar a Hirohito de ser juzgado como criminal de guerra tuvo un impacto duradero y profundamente distorsionador en la comprensión japonesa de la guerra perdida.

Otros, como el ex-Primer Ministro japonés Yasuhiro Nakasone, quien en 1952 acusó a Hirohito de ser el causante de la guerra y exigió su abdicación,24 han declarado posteriormente su convencimiento de que absolver y rehabilitar al Emperador fue un acto de liderazgo sabio que facilitó las reformas del Japón de la posguerra y evitó lo que podía haber sido un desastre político.25 Del mismo modo, sus acciones y opiniones durante la Guerra de Corea siguen siendo muy controvertidas.

El hijo de MacArthur, nacido con el nombre de Arthur MacArthur IV, cambió su apellido para poder vivir anónimamente como artista y saxofonista en el área de Nueva York.

MacArthur es también un personaje muy controvertido en Australia, a causa de sus acciones y comentarios en la campaña del Sendero de Kokoda y la batalla de Buna-Gona, por su falta de respeto por las tropas australianas.

Su fama de tender demasiado a la autopromoción le valió numerosos detractores. Sobre su polémico comunicado durante la Segunda Guerra Mundial,

El comunicado de MacArthur fue criticado, ridiculizado o lamentado por muchos. La mayoría de los críticos no comprenden que MacArthur no escribiera el comunicado en beneficio de las tropas, la prensa o los políticos en Canberra, Londres y Washington. Lo escribió para el público estadounidense, cuya opinión podía influir en las fuerzas políticas en decisiones sobre la planificación y control estratégicos. Escribió su comunicado para centrar la atención del pueblo estadounidense en el área del pacífico suroccidental y sus necesidades... Interpretar el comunicado, y todos los otros aspectos de las actividades de MacArthur, en términos de un ego puro y desenfrenado, es una terrible simplificación, una subestimación del complejo carácter del General y de su capacidad intelectual.27

La campaña de presión pública de MacArthur con el objetivo de mejorar el apoyo logístico de Washington a la guerra en el Pacífico fue exitosa en cierto modo, y combinada con la influencia de su en ocasiones rival, el almirante Ernest King, fue en gran parte responsable del incrementado desvío de recursos hacia el escenario de operaciones del Pacífico durante 1943.


Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


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