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EL ESPINOSO TEMA DE LA INFORMALIDAD

TIENE VARIAS DIMENSIONES QUE AUSCULTAR 

Publicado: 2017-05-22

Por: Dennis Falvy  

La informalidad, estando asociada más directamente a la actividad económica, que a pesar de existir esta como tal, no representa ingreso directo de impuestos para el Estado, ha sido inquietud permanente de los gobiernos de cómo revertir esta situación para mejorar la economía nacional.

Son variadas las situaciones de evasión que lleva la informalidad, inclusive dentro del sector empresarial aun formalizado, como lo describen especialistas e investigadores del tema con el adicional de existencia de corrupción que se ventilan al margen de la ley. Si bien hay un aparente beneficio también resulta negativo por lo distorsionante de su carácter para ambos lados.

Aunque algunos consideran que la informalidad se da en tres aspectos; empresarial, tributaria y laboral estos están muy relacionados y afectan la economía y todos los indicadores que se asocian a ella, que resulta ser solo una fracción considerada.

En esta línea hacemos referencia a lo siguiente:

En el diario Gestión, el 18 de setiembre de 2016 Elmer Cuba escribió que: La reducción de la informalidad había sido escogida como una de las principales metas del gobierno. Pero la formalidad tiene varias dimensiones. Dependiendo de qué transacciones se hacen de espaldas a las normas legales vigentes, se habla de diversos tipos de informalidad.

En ese sentido, existe informalidad :

a)Empresarial

b)Tributaria

c) Laboral.

A veces los tres tipos coinciden, otras no. Es decir, existen empresas que no operan bajo la normatividad de su sector. Otras que sí lo hacen, pero evaden impuestos y tienen trabajadores dependientes al margen de las leyes laborales.

Cada tipo de informalidad tiene sus propias causas. La informalidad minera, pesquera, industrial, de construcción y servicios reflejan las normativas sectoriales, tributarias y laborales. Pero, sobre todo, reflejan la productividad de las firmas y las personas.

Las metas gubernamentales se han planteado sobre la formalización laboral.

La meta anunciada por el presidente Kuczynski  y refrendada por el jefe del Gabinete Zavala  es duplicar la misma, de tasas actuales de 30% de la fuerza laboral ocupada hasta un 60% hacia el 2021.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en el pedido de facultades, acaba de reducir la meta de formalización laboral. Ahora solo sería 40% al 2021. Mucho cambio en tan pocas semanas.

LA INFORMALIDAD LABORAL TIENE DOS PARTES

La de empleados dependientes y la de los trabajadores independientes. Los primeros pueden trabajar tanto en empresas formales como informales. Si se trata de empresas formales, entramos en el campo de la Sunafil. Si se trata de empresas informales, entramos en el mundo desconocido. No existen para el Estado. No son “multables”.

Si hablamos de los independientes informales, estamos hablando de los que trabajan y no tienen RUC. Taxistas, estibadores de mercado, recicladores, cobradores de combi, choferes, gasfiteros, obreros de construcción civil, lavacarros, guardianes. ¿Con solo darles un RUC los vuelven formales?

Los trabajadores dependientes informales son cerca del 40% de la fuerza laboral. Casi la mitad de ellos trabaja en empresas formales y la otra en empresas informales. Sin embargo, la mayoría (el 30%) son trabajadores independientes. Esperemos que la meta del gobierno para duplicar la formalización laboral haya tomado en cuenta esas disquisiciones.

La propuesta del gobierno es que con diferentes esquemas tributarios (Impuesto a la Renta e IGV), las empresas se formalicen primero y luego paguen sus impuestos y contraten con las leyes laborales vigentes.

Según diversos estudios, se ha encontrado que la formalidad está relacionada con la calidad de los servicios públicos, la capacidad de hacer cumplir las leyes, marcos normativos rígidos, el capital humano y el tamaño de la población rural y agrícola. Ahora bien, estas asociaciones estadísticas no implican necesariamente causalidad.

En general, si las empresas y las personas fuesen más productivas, las leyes menos rígidas y su cumplimiento menos flexible, habría menos informalidad empresarial y laboral. Ese es el camino correcto. Es largo, pero es el definitivo. Sobre la calidad de los servicios públicos es más discutible la causalidad.

Por otro lado, también se puede decir que la formalidad está muy correlacionada con el PBI per cápita. Pero de ahí no es útil colegir que entonces con el crecimiento económico desaparecerá la informalidad. Existen políticas que pueden influir directamente en la formalidad, mientras que el desarrollo económico hace su trabajo.

Existen otros estudios que vinculan la formalización con el crecimiento económico. Aquí la causalidad sí entra en problemas. Ambos fenómenos parecen ir de la mano y, en todo caso, es más plausible que vayan de crecimiento económico a la formalización y no a la inversa. Si de pronto relajásemos toda la normatividad vigente que define la informalidad misma, no ocurriría mucho sobre las firmas y los trabajadores realmente existentes. En este sentido, parece excesiva la confianza del gobierno sobre la meta del 5% de crecimiento durante el quinquenio gracias a la formalización laboral.

El MEF ha publicado también unas estimaciones acerca de los efectos de la formalización sobre los ingresos fiscales. Hay que tener cuidado con ese tipo de resultados econométricos. Pueden estar escondiendo la relación entre países desarrollados e ingresos tributarios. Si se avanza 10 puntos porcentuales en formalizar a trabajadores de bajos ingresos en firmas de subsistencia o a trabajadores independientes, es difícil pensar en incrementos de recaudación del orden de US$2.800 millones y menos de US$6.400 millones, como sugieren esas estimaciones.

En definitiva, que la agenda de formalización ocupe tan alto lugar entre las prioridades del gobierno entrante es algo que tenemos que saludar. Está en el discurso de 28 de julio, en el del voto de confianza del Gabinete de Fernando Zavala y en el Marco Macroeconómico Multianual del MEF. Podríamos decir que así como el gobierno anterior acuñó la frase “incluir para crecer”, este se definiría con la frase “formalizar para crecer”.

En otras palabras esta excelente entrega del economista Elmer  Cuba señala que:

"Lamentablemente, los primeros instrumentos anunciados no parecen ser los más poderosos, pero es un buen comienzo, si no arriesgan los resultados fiscales " .

Como se ve, en materia económica los desvíos de este gobierno en menos de un año, son varios y entre ellos no ha tenido resultados en formalizar, ni reactivar la economía y mucho menos cumplir la meta trazada por el propio ministro Thorne de elevar la Presión tributaria al 17% (Ver Quote) y nadie sabe cuánto se recaudará con el blanqueo de capitales y la promesa de agosto del año pasado, de cobrar S/ 46,000 millones judicializados que adeudan las grandes empresas. Y es que hablar y prometer, es tan fácil. La noticia de ayer de que Chinchero va, pero sin Kuntur Wasi, es de pronóstico reservado en tanto que se muestra por un lado una tozudez presidencial con una palabra devaluada en cuanto al tema de la inversión privada y una enorme expectativa por conocer el reemplazo en esta importante y complicada cartera que es el ministerio de transportes y comunicaciones. 

TAL VES POR ELLO

Valga la pena complementar lo de Cuba y publicar un post que me manda un amigo,  residente en los EEUU ,  sobre el tema de la informalidad en México. El título es:

SERPIENTES DE LONA:

Y su autor, Rodrigo Diaz advierte que son las trazas del comercio informal en la ciudad. Guardar Serpientes de lona: las trazas del comercio informal en la ciudad

Los resultados del cuarto trimestre de 2016 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indican que la Población Económicamente Activa (PEA) de México alcanza los 54 millones de personas.

De estas, el 57% (29,8 millones, algo menor que toda la población de Venezuela o Perú) trabaja en el sector informal. A no engañarse: el sector informal tiene sus protocolos y sus propias leyes; que no estén escritas es otro cuento.

Cada vez que aparezca un autodenominado presidente del empleo recuerde esta cifra: 57%.

El concepto “empleo informal” abarca una amplia gama de actividades, que incluyen micronegocios no registrados (lo que típicamente se conoce como sector informal, que alcanza el 47,5% del total), el trabajo no protegido en actividades agropecuarias (20,7%), el servicio doméstico remunerado en hogares (7,8%), y el trabajo que se realiza para unidades económicas formalmente establecidas pero sin contar con un registro ante la seguridad social (24%)

Comercio informal en Ciudad de México. Image © 2015 Google

En la Ciudad de México los porcentajes son ligeramente inferiores a los del resto del país: “tan solo” el 48,3% de la PEA se encuentra en situación de informalidad laboral. A su vez, los que trabajan en el denominado sector informal (microempresas no registradas) llegan al 27,6% del total de la PEA. No todos trabajan en la calle, pero muchos sí lo hacen.

En este punto las cifras entran en una densa nebulosa: de acuerdo a datos de la Subsecretaría de Programas Delegacionales y Reordenamiento de la Vía Pública de la Secretaría de Gobierno, en el año 2015 había un registro de 105 mil comerciantes en las calles de la ciudad (todo un estadio Azteca).

De ellos, el 65% trabajaba de manera independiente, mientras el restante 35% se encontraba afiliado a una de las 745 organizaciones registradas a esa fecha. Sin embargo, se sabe que el número es mucho mayor, ya que hay un número indeterminado de personas que laboran en la calle sin que exista nada parecido a un registro de su existencia.

A no engañarse: el sector informal tiene sus protocolos y sus propias leyes; que no estén escritas es otro cuento. La informalidad no quiere decir que los comerciantes no estén establecidos; en muchos casos el rótulo de ambulante sencillamente no aplica. Tampoco es cosa de llegar e instalarse en una calle a vender un producto.

Detrás de cada pequeño comerciante hay una serie de intermediarios que son los que distribuyen el espacio, articulan el negocio, y aceitan la máquina político administrativa que permite realizar sin mayores inconvenientes lo que en el papel es ilegal.


Comercio informal en Ciudad de México. Image © 2015 Google

De acuerdo a este reportaje de UnoTV de febrero de 2017, un espacio de 1,20 x 1,40 metros en el pavimento del centro histórico de la Ciudad de México se vende entre 20 mil y 150 mil pesos mexicanos (entre 1.070 y 8.020 dólares).

A ello hay que sumar una módica cooperación de entre 50 y 200 pesos diarios (entre 2,67 y 10,7 dólares) y para costear seguridad y limpieza de la calle, y de paso alimentar la caja chica para financiar toda clase de imprevistos.

El comercio callejero es parte de las ciudades de México, y lo será por un buen tiempo. Es una necesidad, tanto para los que venden (que no encuentran mayor atractivo en los bajos sueldos que ofrece el mercado formal, o enfrentan muchas barreras o no tienen el capital necesario para instalar un negocio con todas las de la ley), como para los que compran, que consiguen en las calles productos más baratos que en los locales establecidos.

Comercio informal en Ciudad de México. Image © 2015 Google

La ocupación de la vía con fines comerciales, aunque trae aparejada una serie de problemas, como suciedad, ruido, malos olores, e interrupción de la malla vial, no es mala per se. Bien manejadas, estas verdaderas serpientes de lona pueden constituirse en algunos de los espacios más atractivos de la ciudad, lugares en que el intercambio no sólo es comercial, sino además social y cultural, lugares a los que vamos a pasear por el gusto de pasear, por el gusto de hacer una compra no planificada, o de aventurarnos comiendo lo que no estaba en nuestro libreto culinario.

La serpiente de lona repta por el pavimento de la ciudad, se cuela entre los edificios, desaparece en la noche y vuelve a aparecer, a veces en un lugar distinto, con las primeras luces del día. Su flexibilidad, la rapidez y facilidad con que se adapta a cualquier clase de ambiente, le garantizan una larga vida.

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QUOTE

SE LLEVARÁ LA PRESIÓN TRIBUTARIA DE 14% A 17%, ANUNCIA MINISTRO THORNE

Además señala que se cobrará S/ 46.000 millones en impuestos que adeudan las grandes empresas y que, en este momento, se hallan judicializadas.

Asimismo el Gobierno apostaba por volver formales a miles de micro y pequeñas empresas a través de incentivos y simplificaciones ante la Sunat.

Por : Israel Lozano (diario El Comercio; 20 de Agosto del 2,016))

La presión tributaria, es decir el porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que paga impuestos a la Sunat, pasará de 14% (con lo que cerró en julio del 2016) a 17%, según estimó Alfredo Thorne, ministro de Economía y Finanzas.

"Nuestra propuesta tributaria es multidimensional, y junto con la reforma de formalización, reforma integral de la SUNAT y una política de crecimiento, obtendremos una mayor recaudación", indicó el titular del MEF durante su presentación en el Congreso de la República.

Para lograr tal propósito, planteó aumentar la recaudación sobre los que más ganan ya que en el Impuesto a la Renta, la evasión supera el 50%.

Además, consideró que se debe cobrar los impuestos que las grandes corporaciones deben al país.

"Hoy las grandes empresas judicializan sus deudas y hay algunas que tienen más de cinco años sin pagar impuestos, y nosotros vamos a hacer que los paguen; estas deudas llegan a S/ 46.000 millones.Lo mismo sucede con algunas personas naturales que no han regularizado su situación fiscal sobre sus capitales que mantienen en el exterior", declaró.

Para que la repatriación de capitales sea posible, el funcionario público anunció que a partir del 1o de enero del 2017, cerca de 40 países compartirán información fiscal y consideró que esta será una gran oportunidad para mejorar la recaudación.

Thorne también ahondó en una de sus principales propuestas formalizadoras que es la reducción del Impuesto General a las Ventas (IGV) en un punto porcentual.

"Nuestra propuesta de bajar el IGV beneficia a los sectores C y D que, según el BID, pagan 65% más de IGV por hogar que los sectores de ingresos más altos", comentó.

No obstante, advirtió que se condicionará la reducción tributaria a metas de recaudación, toda vez que hoy la tasa de IGV es muy alta y solo perjudica a las MYPES, que terminan pagando el 18% sobre sus ventas brutas.

FINANCIAR EL DÉFICIT

Según Thorne, el déficit fiscal llego a 3,2% del PBI en los últimos 12 meses y su propuesta es ampliar el déficit a 2,5 del PBI para el 2017, de 1,8% que estipulaba la Ley.

"De no hacerlo, tendríamos el riego de desaceleración económica", advirtió.

El economista indicó que dicha medida dará margen para realizar las reformas estructurales para hacer crecer la economía.

"Lo positivo es que no necesitaríamos más financiamiento adicional. Tenemos ya una línea contratada de crédito con el Banco Mundial. En este sentido, lo único que estaríamos evaluando es una operación de pasivos, es decir de reconversión de deuda, aprovechando las condiciones muy favorables de los mercados y de esta manera, prepagar deudas caras. Esto nos va a generar ahorros en intereses y en reducción de amortizaciones", anotó Thorne.

En la misma estrategia formalizadora dijo que se han realizado modificaciones al Consejo Nacional de Competitividad, para que sea el encargado de definir la ruta de competitividad y formalización, la que llevará a cumplir la meta del 60% de la PEA formal.

Esto también permitirá que la tasa de crecimiento potencial aumente en 2 puntos porcentuales.

"A diferencia de otros gobiernos, nosotros no vamos a tener el beneficio de los altos precios de las materias primas. Estamos obligados a buscar fuentes internas. Para ello necesitamos realizar reformas estructurales", finalizó Alfredo Thorne.


Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


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