ya acabó su novela

CULPABLE O INOCENTE

 QUE DUDA CABE : LA EVIDENCIA ES ABRUMADORA 

Publicado: 2017-05-18

Por:Dennis Falvy 

Esta caricatura publicada en el Diario La República y que le pertenece a Carlín lo dice todo.

 Este denominado Capitán Carlos, quien se ufanaba de ser deportista haciendo troting con sus patas chuecas y muy lejos de ser un atleta ,le decía groseramente en su estilo    gordo a un periodista, que agitado no le podía seguir el paso.Y en aquel  diciembre 20 del año 2,011 en el día del Ejército , le dijo a su reducido auditorio:

“Yo creo que tenemos que alejar a los guardianes socráticos de la nación, de la república, de lo que es la política del día a día, porque la tarea del soldado es superior, porque está por encima de las discusiones de coyuntura política. El soldado es como un sacerdote, que está más allá del bien y del mal, y que su único objetivo es mantener la tierra".

La verdad es que parece ciencia ficción, algo imposible de asimilar, que además de ser pericote, caracteristica normal en este tipo de gente como Toledo, Lula y tantos otros corruptos puestos en evidencia, audios, videos y testigos por doquier, lo sitúen a este señor Humala Tasso  como un asesino, psicópata, despiadado y en serie ; Fasabi y el sobrino incluidos y que Chehade su amigo de entonces no lo detectó, tremendas fallas para favorecerle en su defensa.

Lo lamentable es que por negligencia y hasta complicidad, en algunas instancias del Poder Judicial, manteniendo pruebas contundentes en su contra, haya llegado  este señor a ser Presidente acompañada de una mujer amoral sin límites en su maldad,como es la Heredia,  los resultados hoy lo vemos. La siniestralidad y dinero de Hugo Chávez y Lula no era suficiente. 

Definitivamente nuestra sociedad está enferma moralmente y profundamente dividida. En el paroxismo abogados como Roy Gates ,Pedraza y el Gastañadui, entre tantos otros desalmados y fariseos y que la codicia los vuelve locos ; hieren la inteligencia emocional de los justos que hay en este país en demasía, pero desconcertados por una  falta clamorosa  de liderazgo y justicia. 

 Este precario abogado Gastañadui, quien no ha ejercido la profesión adecuadamente  como al menos muestra su hoja de vida a disposición , hoy sin mayor argumento señala que todo es un complot, porque Humala va a ser candidato a presidente en el 2,021. 

Lo que extraña es que este personaje de escasa solvencia moral, que alimenta el sinsabor pueda tener espacio en  algunos medios importantes. Corresponde a quienes mantienen estos medios restrinjan intervenciones a quienes poco aportan al saneamiento moral de nuestro país. 

El deterioro que se vive es complicado y eso le hace daño a la democracia, que valgan verdades concordante, con lo que decía Winston Churchill que ella es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes.

Ayer , por ejemplo ,veía en la TV a Gino Costa señalar igualdad de condiciones para la policía y para los delincuentes, a causa de los enfrentamientos de un supuesto escuadrón de la muerte, que es lo que señaló el ministro Basombrío, cuando estreno la cartera del interior el año pasado. 

Este señor Costa, espetó en una comisión congresal,  que le parecía raro aquello de que siempre la policía mata a los rufianes y no muere en ese enfrentamiento ninguno de ellos. Su odio a las FFAA de este señor es terrible. Por ello este tipo de gente, vía las ONG que defienden derechos humanos de los terrucos y jamás de las FFAA, tienen que ser puestas en su lugar. 

 Eso no quiere decir que yo opte por alguno de los bandos, como me imagino somos la mayoría en el país; pero maldecidos hay en todas partes y por eso hay que investigar, sancionar y defender a todas las instituciones y movimientos involucrados en estas batallas y guerras , pues hasta la guerra tiene sus códigos.

Por la escasez mental que refleja Costa ¿ que se le puede pedir? a pesar que ha sido ministro, que se alucina conocedor por haber hecho varios libros sobre la materia y que repite como un bobo que es mejor ir a casa que estar en la cárcel por el tema de Fujimori, cuando eso rige para aquel preso que está en cualesquiera de las horrendas prisiones superpobladas del país. Nada que ver con la Diroes, a la que yo no atrevo a llamarle que sea una prisión de lujo, dado que la diferencia entre ella y la casa no es gran cosa, si uno ubica el tema en su debido contexto .

 Esto sin pronunciarme ni a favor, ni en contra sobre este álgido tema , pues es mejor una actitud ecléctica ante una posiblidad hasta ahora negada de una seria y necesaria reconciliación nacional, sumamente difícil por la personalidad cambiante mostrada por el Señor Kuczynski, desde la campaña y que hace sospechar problemas de orden cognitivo, con el debido respeto que uno le debe tener a la investidura presidencial.

Al poder y a la política llega gente demasiado ideologizada y muchos tras aprovecharse del dinerario y de traer agua para sus molinos.. Eso no quiere decir que deben llegar sólo los profesionales. Todo extremo es malo. Pero hay que priorizar atacar los grandes problemas que exhibe el país.

 Para el sector educación por mas que el ex ministro absolutamente sobre valorado como ha sido   Saavedra, haya  este de manera tan irresponsable reclamado un 6% del PBI , no sólo por todos lados en el país y en Corea del Sur, sino hasta escribiendo una columna en el diario El Comercio y lo haya hecho suyo el denominado “Acuerdo Nacional. Ello es es un imposible por múltiples razones. 

El Estado debe de priorizar la lucha anti corrupción, la seguridad ciudadana y la infraestructura que fomente la producción. No es que el crecimiento y bienestar lleguen solos, pero hasta ahora no hemos sido capaces de enrumbar al país, pese que ha habido ciclos económicos favorables.

 Desgraciadamente este gobierno de PPK, heredó las bombas y sobras que le dejo el siniestro Humala. Nos mintió con que tenían todo en su Plan de peruanos por el Kambio, lo que es una irresponsabilidad por los dineros que reclamaría lo que dicen sus páginas; cosa que también el 28 de Julio del año pasado señaló en la asunción al mando este presidente, jugando con las esperanzas de tanta personas cuyas carencias y la enorme diferencia en la distribución de los ingresos es patética en el Pérú .  

Los más de 100 Decretos Legislativos  en función de las facultades otorgadas por el Congreso expresan poco o casi nada, por mas que muchos lo elogien o quieran hacer pataleta porque les anularon en el Congreso cinco o seis de ellos, algunos por problemas de forma y que para nada impedía la posibilidad de en paralelo presentar una ley a discutirse en el pleno. Pero no, el dispositivo del odio, fue manejado de una manera siniestra por varios y en especial por ese señor de Belaunde, que se ha convertido en un congresista monotemático y que adrede confunde y le miente al país, al utilizar en función de sus sentires y pareceres a los diversos medios de comunicación que lo invitan.

Tenemos así problemas adicionales.Así por ejemplo en la seguridad, en el tema del Vraem, por el narcotráfico, y en la reforma tributaria con su blanqueo, que ya nadie sabe a dónde se llegará con ello, se ha hecho poco o casi nada. 

Y en el paroxismo este presidente sale con un programa de TV ridículo, en donde el jamás llegará a ser una figura mediatica. Y , encima persiste en el tema de los Juegos Panamericanos , Sedapal manejado por un político que es un amigo suyo y que ha ocupado cargos en diferentes gobiernos y ha pretendido sin suerte ser gobernador regional en Amazonas, así como la posibilidad siniestra de endeudar más al país, pues tiene en la cartera del MEF a un ministro bono adicto que a mi concepto no da fuego. Que se equivoca ajustando al país el año pasado y se va a un canal amigo del cable con un conductor limitado en aspectos económico financieros , a tratar de explicar lo inexplicable.

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¿QUIENES ERAN LOS GUARDIANES SOCRATICOS EN LA REPUBLICA DE PLATON ? 

Por :  Sophimania

Las frases de Humala en el día del ejército, ya fueron comentadas por varios periodistas, interpretadas por algunos políticos y analistas pero aún no hemos escuchado a los académicos explicar quiénes eran los guardianes de La República, cómo era esa República socrática y a qué puede atribuirse el poner a esa guardia más allá del bien y del mal.

César Escajadillo, magíster en Filosofía y docente en varias universidades del país, explica por qué nuestro sistema político actual no puede equipararse en absoluto con el de Platón y su República.

"El modelo de Estado que Platón desarrolla en La República - el más importante de sus Diálogos- no es en absoluto el de una democracia entendida como el gobierno del pueblo. De hecho Platón veía a la democracia como una de las cuatro formas imperfectas de gobierno --junto con la oligarquía, la timocracia y la tiranía--, visión que, sin duda, se basaba en su propia experiencia como ciudadano de una. Recordemos que Platón fue testigo de cómo Sócrates, su maestro, fue condenado a morir bebiendo cicuta en tiempos de la  "democracia ateniense" apunta Escajadillo.

¿Pero cómo era el Estado que propone Sócrates a través de Platón?

César Escajadillo señala "El Estado ideal platónico se caracteriza por ser un Estado justo, o sea, un Estado en el que cada una de sus partes integrantes obra según su naturaleza y en concordancia con las demás: la clase trabajadora se encarga de producir riqueza; los guardianes se ocupan del orden y la seguridad; los gobernantes de legislar conforme al conocimiento de lo Bueno y Justo. Esta última tarea recae en el filósofo, para Platón ser virtuoso por excelencia.

Esta división tripartita del Estado coincide, a su vez, con la división que hace Platón del alma humana en tres partes  apetitiva, irascible y racional  y al equilibrio que debe haber entre ellas para que el alma no se enferme.

La idea entonces es que así como hay una salud del alma que se sigue de conservar un equilibrio entre los deseos, las emociones y la razón en el individuo, debe haber una salud del Estado que consiste en que cada una de sus partes cumpla su función a cabalidad.

Es en dicho contexto que la figura del guardián cobra importancia central, pues se trata de alguien que cifra su felicidad en el bien del Estado, lo que exige de él valentía y arrojo para secundar al gobernante en el control de la masa trabajadora.

La analogía psicológica que viene al caso: cuando nuestros deseos sobrepasan lo que verdaderamente necesitamos, la Razón se ve obligada a acudir a las emociones (especialmente la ira) para aplacarlos o encaminarlos hacia el fin correcto".

De otro lado, Consuelo Uribe Mallarino, doctora en Antropología Social, (Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. París, Francia) apunta en su libro "Un modelo para armar. Teorías y conceptos de desarrollo":

Platón examina las formas de gobierno de acuerdo con su contribución en el logro de la justicia. Ninguna forma de gobierno alcanza la justicia perfecta debido a los excesos de poder que se pueden presentar.

 Las formas de gobierno están relacionadas con los tipos de hombre que hay en la sociedad. Platón encuentra que existen cuatro tipos de hombres, que dan lugar a cuatro tipos de gobierno: los guardianes, los guerreros, los comerciantes y artesanos, y los filósofos.

 Las formas de gobierno se alternan de acuerdo con la primacía de uno u otro tipo de hombre en el poder político. Los cuatro tipos de gobierno son la timocracia, la plutocracia (oligarquía), la democracia y la aristocracia. En la timocracia gobiernan los guerreros, el estamento militar. 

Aunque es una forma de gobierno basada en el honor, decae y da paso a la plutocracia (oligarquía), el gobierno de los ricos, que por ser el de unos pocos y por negarle el acceso a los pobres también decae".

¿Y sobre la democracia? Escribe la doctora Uribe:

"En la democracia, se igualan mujeres a hombres, zánganos e industriosos, metecos (extranjeros) y ciudadanos, niños y mayores. Al permitir la igualdad de quienes no son iguales, da cabida a una excesiva libertad, a una diversidad de modos de vida que amenaza el orden y la prosperidad de la ciudad. 

Por eso se da paso al gobierno del tipo de hombre ideal, el filósofo, quien se caracteriza por ser virtuoso e inteligente. El gobierno del filósofo es la aristrocacia y es el que mejor responde a la búsqueda de la justicia. El objetivo de toda forma de gobierno es lograr el bienestar de su gente a través de la educación y el desarollo de la virtud, no sólo en materias académicas sino en el arte, en gimnasia y en materia moral".

Interesante también la reseña que sobre el mito de la caverna de Platón, la manipulación y las sombras en el ejercicio del gobierno hace en su libro la Dra. Uribe: 

"Platón introduce su famosa alegoría de la caverna, con la cual escenifica la prisión en la que se halla la persona humana cuando está sujeta a la ignorancia y a la falta de libertad, representada como cadenas dentro de una caverna oscura.

 Ante aquellos prisioneros las cosas aparecen falseadas, porque son solo sombras, y los objetos que las proyectan nunca se ven. De acuerdo con su voluntad, quien maneje las sombras muestra solamente las prolongaciones y deformaciones para hacerles creer lo que quiere. 

Es solo liberándose de las cadenas y saliendo de la caverna que los prisioneros pueden ver los objetos en su verdadera dimensión y por sí mismos, sin que otros manipulen su visión del mundo". 

Hasta aquí las explicaciones e interpretaciones de los académicos en lo que concierne a las formas socráticas de gobierno, a los guardianes del mismo y a las referencias platónicas. Le pedimos al filósofo Escajadillo aventurar una interpretación de lo dicho por el presidente Ollanta Humala, a la luz de sus conocimientos filosóficos y como ciudadano peruano.

"Por lo que entiendo, Humala quiso decir, refiriéndose a los soldados del Ejército, que al ser ellos los guardianes de la Nación, entonces no tendrían por qué participar de la vida política del país (de ahí que no deban tener derecho a voto). 

Pero la comparación es inexacta. En primer lugar, porque el modelo político platónico no se asemeja en nada al nuestro, en que los gobernantes son elegidos por la mayoría. En segundo lugar, porque los guardianes de La República sí cumplen funciones políticas (es el caso de aquellos guardianes que Platón llama "magistrados", a cuya cabeza está el gobernante-filósofo). 

Con lo cual, nada más lejos del ideal platónico que una milicia despolitizada y ajena a los asuntos comunes. Ahora bien, lo que personalmente me llama más la atención es la comparación que hace Humala, en su discurso, entre el soldado y el sacerdote, especialmente cuando dice que ambos están "más allá del bien y del mal". 

Esto es revelador, pues si hay dos instituciones que están organizadas tutelarmente (bajo el principio"estar en desacuerdo es estar en falta"), esas son, precisamente, las FF.AA. y la Iglesia. Y al decir Humala que el soldado es como el sacerdote en que ambos están más allá del bien y del mal, está diciendo, me parece, que los órdenes tutelares estarán siempre por encima del diálogo y la deliberación política. O sea: importa mucho más la autoridad que el ponerse de acuerdo".

Capítulo 1 "La utopía como teoría primigénea del desarrollo". PUCP, Lima 2008  ; César Escajadillo es magíster en Filosofía por la PUCP. Profesor de los cursos de Teoría del Conocimiento en la UPC, Historia de la Filosofía Contemporánea en la UARM. Es coautor del libro Pensamiento y acción. La filosofía peruana a comienzos del siglo XX con Pablo Quintanilla y Richard Antonio Orozco. Sus intereses de investigación se centran en la filosofía del lenguaje y la mente, el pragmatismo y la epistemología. 

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QUOTE 2  

OJALA ESTE FISCAL YA SE PONGA LAS PILAS PUES

El Fiscal Germán Juárez llegó a Lima desde Brasil, donde estuvo por unos días para interrogar al empresario Marcelo Odebrecht, como parte de las investigaciones del caso Lava Jato en el Perú. El fiscal, afirmó que la diligencia fue exitosa y ayudará en la investigación. El Fiscal Juárez manifestó que el interrogatorio a Marcelo Odebrecht fue satisfactorio y ayudará en la investigación y  se señaló que este caballero  respondió más de 20 preguntas a Germán Juárez. 

Pese a que aún no puede revelar lo que se dijo en dicho interrogatorio a Marcelo Odebrecht, el fiscal Juárez, respondió brevemente a algunas preguntas de la prensa, la cual lo esperaba en la zona de estacionamientos del aeropuerto Jorge Chávez. El fiscal, aseguró tener un balance "bastante positivo" de la diligencia y refirió que servirá para el proceso.

"Se cumplió satisfactoriamente la diligencia en Brasil; Marcelo Odebrecht, contestó las preguntas que se formularon. Como saben, esta investigación es reservada, no puedo revelar lo que se dijo, ya que aún no se ha canalizado el documento por Cooperación internacional", sostuvo a su llegada.

"La diligencia ha sido muy satisfactoria, se ha recabado información relevante a través de los canales de cooperación internacional; se han cumplido todos los mecanismos legales y procedimientos legales, para llegar a una buena diligencia", mencionó esa noche.

Además, el fiscal mencionó que están haciendo cuestiones de pesquisas, tratamientos legales, para tomar manifestaciones de otras personas que están ahí, sujetas a colaboración eficaz en Brasil, para ello se harán todos los mecanismos legales necesarios.


Esperemos entonces, que de una vez por todas tome el paso que se debe tomar, pues esta pareja siniestra, la verdad que todo indica que debe recibir su merecido y estamos hartos de su defensa legal, que la verdad se burla de lo que el pueblo entiende que es la justicia, tan alejada del país por decenas de años por múltiples motivos y que aún se carece de la decisión  política ,  para al menos hacer un cambio inmenso en el sistema judicial peruano en que conocemos que hay gente justa y capaz, pero lo hay  de la otra que están allí  buscando la suya y la de tanto sinvergüenza que hay en el Perú; abogados siniestros incluídos . 

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OLLANTA Y LOS GUARDIANES SOCRÁTICOS 

Por : Gustavo Gorriti Periodista, Director de IDL-Reporteros

Ideele Revista Nº 215

Empezaba a escribir mi nota para esta revista, cuando me contaron que las redes sociales hervían con el rumor de la renuncia de Salomón Siomi Lerner al premierato. Pronto lo corroboré, se archivó a sí mismo el tema pensado y me puse, como tantos otros, a pensar en lo que significa este cambio abrupto y temprano.

Lo mejor a estas alturas inmediatas es pensar en varias hipótesis y explicaciones alternativas a riesgo de que lleguen precozmente envejecidas o incómodamente equivocadas a la publicación impresa.

Mi primera hipótesis provisional es que en política la adversidad une más que el éxito. ¿Es así? Bueno, no en el caso de Alan García, quien en los cada vez más lejanos años de la década del 90, cuando se utilizaban las palabras “reo contumaz” casi como un segundo apellido compuesto del ex presidente, fue abandonado o denunciado por un grupo interesante de sus antiguos compañeros. Cuando García volvió al Perú y emergió como un candidato con posibilidades creíbles de victoria, hubo una silenciosa peregrinación a Canosa por parte de estos ex compañeros, que pasaron de desencantados a reencantados una vez que terminaron el trámite de arrepentimiento y sumisión.

Muchos de éstos conservaron el favor de García hasta el final de su régimen. En cambio, los que mantuvieron fidelidad inalterable a su jefe mientras éste comía el no tan amargo croissant del exilio, tuvieron suerte diferente. Agustín Mantilla cargó con todo tipo de culpas para hacer posible el regreso de su partido al poder; y el premierato de Jorge del Castillo se fue a pique —y su amistad con García también— con el escándalo de los “petroaudios”.

Si la hipótesis no funciona en el caso de García y el APRA, parece que le va mejor en el de Ollanta Humala. En la campaña del 2006, Humala hizo, entre otros, dos importantes nuevos aliados y amigos: Siomi Lerner y Carlos Tapia. La cercanía de ambos sobrevivió a la derrota electoral y se mantuvo durante los siguientes cinco años. Las veces que me encontré con el actual Presidente, a la salida de algún programa periodístico u otro, lo vi acompañado por Tapia. A la vez, Siomi Lerner no solo mantuvo cercanía sino, de acuerdo con lo que sé, fue un importante organizador de contactos y financiamiento de campaña para Humala.

Cinco años de cercanía en la (bien que relativa) adversidad fueron sucedidos por algo menos de cinco meses de proximidad en el éxito. Ya Tapia había debido resignarse a ser consejero del premier y no del presidente antes de su despido, con las resonantes y hasta estridentes consecuencias del mismo que se conocen.

Pero si la salida de Tapia fue finalmente aceptada por muchos como parte de las parábolas mundanas de la política: el empleo de personas y lealtades como peldaños de ascenso al poder, donde supuestamente se precisa otro tipo de gente, nadie (por lo menos nadie fuera de Palacio) pensó en la posibilidad de una salida inminente de Siomi Lerner. Entre otras cosas porque ello resultaba notoriamente perjudicial para el Gobierno y, por ende, para el presidente Humala.

Algunos de los posibles motivos de la salida de Siomi Lerner, de acuerdo con versiones de cierta confiabilidad, serían la percepción de un pobre control disciplinario de ministros, viceministros y consejeros; y que en lugar de haber tenido una sola voz, haya habido una polifonía que a veces habría estado peligrosamente cerca de la cacofonía.

Al lado de eso, la visión del ministro Valdés impartiendo órdenes perentorias en Cañete o Cajamarca, que llevaron a controlar el terreno, puede haber impresionado a Humala, para quien los principios de eficiencia, jerarquía, mando, obediencia y unidad de acción quedaron profundamente arraigados durante sus años de vida militar.

Pasar de las mesas de diálogo a las masas de maniobra y de los tonos persuasivos a los imperativos es siempre una tentación para el poder; y lo es mucho más para aquellos que vivieron en un mundo, el militar, relativamente ordenado bajo esos principios.

¿Qué significa eso para el proceso democrático en este Gobierno? Durante los últimos cinco años, Humala se acercó y finalmente identificó con los valores de la democracia liberal desde una perspectiva de reforma social. Muchos lo vieron entonces como una impostura electoral, un disfraz que, si ganaba, iba a ser prontamente desechado a favor de una salida chavista.

Muchos otros, entre quienes me encuentro, consideramos que había un cambio legítimo y real en Humala, que la identificación con los valores democráticos era auténtica. Su juramento de fidelidad a la democracia reforzó decisivamente esa percepción y lo llevó a la victoria.

Ya en el poder, varias de sus primeras medidas reforzaron la visión de que Humala pertenecía firmemente a ese grupo de socialdemócratas latinoamericanos, como Roussef o Mujica, que buscan el equilibrio entre desarrollo, equidad y libertades.

Es cierto que hubo acciones contradictorias (la ‘reingeniería’ policial del ministro Valdés fue una de ellas), bolsones de ineficiencia, pero, para tratarse de un gobierno inexperto, el Gobierno de Humala terminó sus primeros cien días con una clara aprobación, que reflejaba la confianza conquistada en casi todos los sectores.

Pero luego eclosionaron los conflictos, los ministros disputaron entre sí e irrumpió una sensación de crisis. En circunstancias así, la gente tiende a regresar a sus respuestas primarias. Y eso es lo que parece haber sucedido con Humala.

Cuando apuntaba una sensación de caos, Valdés emergió como la persona capaz de despejar una carretera, controlar una ciudad, imponer autoridad y controlar insubordinaciones. Tanto él como el ministro Castilla, de Economía, lograron mayor acercamiento con el Presidente, que vio a ambos como particularmente competentes en lo suyo.

Así, en medio de la relativa devaluación del diálogo y la revaluación del mando, se terminó de producir un cambio en la correlación de fuerzas que llevó al de ministros.

¿Consecuencias? Pueden ser mucho mayores de lo que el Gobierno espera, dependiendo del camino y las correcciones de rumbo que tome. Si se afronta los conflictos sociales con un porcentaje alto de acciones autoritarias y represivas, puede haber hasta un éxito de corto plazo, pero a mediano y largo plazo las consecuencias serían ciertamente negativas.

Pasar de las mesas de diálogo a las masas de maniobra y de los tonos persuasivos a los imperativos es siempre una tentación para el poder.

Para empezar, la excelente imagen del régimen del presidente Humala en el extranjero se vería prontamente afectada. Un cambio brusco a una orientación represiva no solo despertaría los fantasmas del fujimorato sino que exacerbaría al final los conflictos sociales y socavaría su propia base política y social. Si ese proceso se agudizara, el apoyo de los grupos democráticos que contribuyeron decisivamente con su victoria electoral se transformaría en oposición. Perder el respaldo de quienes a partir de su juramento en pro de la democracia se movilizaron (con Mario Vargas Llosa como figura señera de ese esfuerzo) en el Perú y fuera de él para lograr su victoria, sería, dicho eufemísticamente, un durísimo contraste para Humala. ¿Todo eso solo por un cambio inoportuno de estilo y de Gabinete?

No. Realmente, no. Pero en medio de la austeridad verbal del Presidente, ha habido algunas declaraciones que, en el contexto de lo ocurrido en el Gabinete, requieren aclaraciones y, en caso necesario, rectificaciones. Sobre todo en el caso de los “guardianes socráticos”.

Es un término que parece ejercer una particular fascinación sobre el presidente Humala, y no desde ayer. A fines del 2005, en una entrevista que dio al semanario regional Expresión, Humala se calificó a sí mismo como tal: “He prestado mis servicios a la nación, que está por encima de los gobiernos de turno. He sido un soldado del Estado, un guardián socrático de la República, como dice Platón, y no un servidor del Gobierno”.

Hace pocas semanas, Humala incluyó también a los periodistas en la categoría de “guardianes socráticos”. Al inaugurar la 67.ª Asamblea de la SIP, dijo que los periodistas “deben ser los guardianes socráticos de la República, igual que un sacerdote que lleva la palabra de Dios no puede ponerse de bodeguero. La prensa también debe ponerse la sotana del amor a la verdad, éste es su verdadero poder”.

Y finalmente, en la ceremonia militar del 9 de diciembre en la Pampa de la Quinua, Humala volvió a mencionar el concepto, esta vez con otro contexto. El Presidente opinó en contra del derecho de voto a los militares, no para restringir sus derechos sino para, supuestamente, preservar su pureza: “[…] tenemos que alejar a los guardianes socráticos de la nación, de la República, de lo que es la política del día a día. Porque la tarea del soldado es superior porque está por encima de las discusiones de coyuntura política. El soldado es como un sacerdote que está más allá del bien y del mal y que su único objetivo es mantener la tierra, nuestra tierra […] la tierra que nos une”.

Hasta ese momento no había grandes problemas con la metáfora de “guardianes socráticos”, referida, por ejemplo, a los periodistas. Yo alguna vez escuché decir al gran Bill Kovach, a quien muchos periodistas admiramos como maestro ejemplar, que para él el periodismo era lo más cercano a la religión. Claro, la devoción por la verdad, servir al pueblo dándole el poder de la mejor información posible, a riesgo de lo que sea, requiere un compromiso trascendente, que incluye la disposición a arriesgar la vida cuando sea necesario.

Puede haber mucho de socrático pero muy poco de platónico en ese compromiso. Porque el periodismo requiere la Democracia para su desarrollo pleno y debe estar al servicio de cada ciudadano, alimentando su conocimiento, su capacidad de discutir, de argumentar, de debatir, deliberar y, sí, de reclamar. Bajo la guisa de mensajero, la misión del periodismo es la de ser el tribuno de la plebe, el promotor de la discusión, la irreverencia y la igualdad. El orgullo de todo buen periodista es el de ser un buen ciudadano, uno más entre sus pares, al servicio de sus derechos. Ningún periodista que no esté chiflado pretendería ser una orden especial, una suerte de templario de la información, una casta aparte sujeta a reglas propias. Y mucho, mucho menos, considerarnos “más allá del bien y del mal”. El mayor orgullo que se puede tener es ser ciudadanos de una república de mujeres y hombres libres, que se sienten iguales entre sí y no permiten que nadie se considere más allá del bien y del mal.

Y lo que se aplica al periodista, al ciudadano, se aplica también al soldado. El soldado en una democracia es un ciudadano, como el ciudadano Sócrates en campaña, cerca de Alcibiades, fatigando la vigilia pero despertando la lucidez de los campamentos con sus preguntas interminables. Ese concepto, el de ciudadanos que defienden su nación, nada tiene que ver con el profundamente antidemocrático y muy reaccionario de los militares como una suerte de orden templaria, un sacerdocio en armas para formar instituciones “puras”, que por entender supuestamente mejor “los valores trascendentes” de la nación, asumen una función “tutelar” sobre los políticos de la coyuntura.

Este concepto, desarrollado por la derecha ultramontana, sobre todo en la Francia del siglo XIX y comienzos del XX, es estructuralmente enemigo de la Democracia y ha estado detrás de decenas de golpes de Estado y de casi todas las sangrientas dictaduras contrainsurgentes en Latinoamérica.

Nadie está más allá del bien y del mal en una Democracia. Ni el Presidente, ni uno solo de los militares. Y por eso mismo merecen tener el básico derecho ciudadano del voto. No es necesario hacer manifestaciones políticas en los cuarteles para que los soldados y oficiales tengan el derecho de pensar y decidir mediante su voto.

La verdad, ese discurso me preocupó más que el cambio de ministros. Pero como ambas cosas se relacionan entre sí, la preocupación fue algo mayor. La filosofía nutre el alma y, por ello, pudiera considerársela un alimento. Pero es de los que no se ingiere crudo. Necesita un procesamiento permanente, un pensar constante. Ése es su problema y su gloria.

Propongo al Presidente, entonces, que seamos, en efecto, guardianes socráticos pero en el mejor sentido del término. Cultivemos la mayéutica en redacciones y cuarteles. Entrenemos a los ciudadanos en el arte de la pregunta precisa y reveladora. Seamos todos guardianes para que así podamos también ser todos reyes filósofos. Que en la democracia , eso es lo que somos. 






Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


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