#ElPerúQueQueremos

QUE BUENAS  :  ESTAS DOS COLUMNAS

UNA DE ECONOMIA Y LA OTRA DE POLITICA :AL PUNTO VAN AMBAS

Publicado: 2016-12-03

Por: Dennis Falvy 

El fin de semana me traen un montón de periódicos para leerlos  "físicamente”; es decir fuera del Internet. Hay un  número muy grande de columnistas en los diversos periódicos ,   que la verdad no entiendo como tienen espacio, tribuna que le llaman. Son pésimos, pues repiten las mismas cantaletas, cuando no despotrican  de lo que pueden y se nota que son flojos y subjetivos. Casi no entienden nada de lo que sucede afuera. Me cuesta leer, del Grupo El Comercio,  Gestión y Elmismo  Comercio , pues tienen columnistas que deben ser amigos de la familia Miro Quesada  o patas del director ; más otros que con su tinte profesional defienden su bolsillo o resaltan su ego.Soy o fui ministro, vice ministro o que se yo, de tal o cual universidad se auto bombean . Y vaya que escriben cada sandez. Pero hoy seleccione dos columnas que son sensacionales. Aunque leo a los blogueros  de las mismas y son un desastre. Esa costumbre de colocar 2 o 3 líneas es sencillamente un insulto  a la inteligencia . Me parece una estupidez el twiter que cada vez muestra mas mezquindad e ignorancia. Pero insisto estas 2 columnas son muy buenas. No voy a hacer comentario alguno, pues la verdad van al meollo del asunto y es buena critica para este gobierno, que la verdad anda más despistado que el cuy que pretendio ir a la CADE por la pista pavimentada que llegaba a Paracas y se sintió engañado.No hay nada de nada.  Ahora resulta que la pista N  2 del Jorge Chávez ,se señala, empezara , Dios mediante, el primer semestre del próximo año y durara 2 años en construirse , lo que quiere decir que estara lista en 4 años y eso.¿Entonces como es eso que se duplicara el turismo a 7 millones.¿Es que el 50% pasara todos por la frontera Tacna?  Este gobierno ni mentir sabe.

Sin mas sorna , ni sarcasmo ante tanta mecida de todos los que escriben los planes de gobierno y se van  a ocupar puestos a la administración pública, por su derecho constitucional al trabajo  (¿les suena familiar?) ,  y el sonado viaje a la China y el PPK nos meció pues más cosas le dan a Evo de Bolivia, les recomiendo leer  estas excelentes columna, si no han hecho ya . Bien por Berckemeyer del Comercio. Ah y Perú 21, vaya que tiene un desbalance de columnistas fuerte, pero como La República ya llama a desastre, pueden estar tranquilos; no tienen competencia .Y los de Correo, vaya que son anodinos. Los otros ya no cuentan.Hay uno de Expreso que creyo que la Doña Heredia saco un doctorado en la Sorbona sin saber decir  petite en el idioma de Charles de Gaulle o  calificar en la FAO  sin saber una frase en el idioma de Trump, Si hay cada columnista y fraude con sus hojas de vida, que si se le agrega los titulos de la universidades bamba, sólo Saavedra nos salvará de esta situación y dejémoslo de ministro de educación vitalicio por los siglos de los siglos amén. El si puede.  

LA REFORMA DE LA INVERSIÓN PÚBLICA

POR : GUILLERMO MOLOCHE

ECONOMISTA

"El resultado será acelerar los malos resultados de los gobiernos anteriores y se terminará en lo mismo: corrupción".

En los últimos años, el Estado ha venido gastando decenas de miles de millones en infraestructura. El presupuesto del sector Transportes, por ejemplo, subió de S/5.658 millones a S/10.174 millones desde el 2010 y Pro Inversión ha adjudicado S/76.150 millones en proyectos de asociaciones público-privadas (APP) en un lustro, mientras que la política fiscal ha sido la más expansiva en años.

Todo este gasto no ha reactivado la economía. La inversión privada se cae. Los déficits fiscales y la deuda son cada vez mayores. Y encontramos que los megaproyectos son cada vez más costosos, que no dan los beneficios que se esperaban y que están plagados de corrupción. El problema no es solo que hay muchas inversiones adjudicadas y presupuestadas que no se ejecutan, sino también que no se observa una mayor productividad y crecimiento económico como resultado de los proyectos ejecutados.

El Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) se creó para que las inversiones verdaderamente impacten en el bienestar de los ciudadanos y se orienten a resolver problemas específicos como el tráfico, los costos logísticos de las empresas o el desarrollo económico de las regiones. Se basaba en la obligatoriedad de realizar un análisis costo-beneficio para todos los proyectos que involucren dinero público. Su implementación, sin embargo, adolecía de defectos y retos. La escasez de suficientes técnicos competentes en la elaboración de los análisis costo-beneficio retrasaba su funcionamiento.

Asimismo, el SNIP presentaba sesgos que resultaban luego en un gasto insuficiente en planificación, administración y mantenimiento. Tampoco consideraba apropiadamente los efectos indirectos de los proyectos, como la generación de empleo y la reducción de pobreza, por lo que no era capaz de priorizar adecuadamente el gasto.

El gobierno ha eliminado este sistema con el objetivo de acelerar y destrabar la inversión. Ha eliminado el requisito de realizar el análisis costo-beneficio, sustituyéndolo por la metodología de las brechas, que se basa en comparar el stock de infraestructura de una región con el de Lima, por ejemplo, y deducir que es necesario cubrir la diferencia para que la región tenga el mismo nivel de bienestar que la capital. Las brechas dan una meta de gasto referencial para el desarrollo, pero no reemplazan el análisis costo-beneficio porque no garantizan que las obras serán rentables socialmente, que aumentarán la productividad de la economía, o que realmente solucionarán los problemas de la población.

Por otro lado, la administración anterior ha usado intensivamente esquemas alternativos de financiamiento de infraestructura, en especial el de las APP. Si bien, en teoría, las APP mejoran la gestión, la rapidez y la eficiencia de las obras, en la práctica han elevado los costos y su uso excesivo ha desnaturalizado su propósito para pasar a ser instrumentos de elusión de los mecanismos competitivos de adjudicación de licitaciones, de control de la deuda y del presupuesto público, puesto que generan compromisos y contingencias de gasto que no son considerados como deuda a efectos del cumplimiento de la regla fiscal.

Los destrabes no solucionarán el problema de fondo: que el dinero público se gasta en proyectos sin rentabilidad social y sin el suficiente sustento técnico.

La reforma omite revisar el aparato regulatorio para promover la inversión privada no financiada ni garantizada con el dinero de todos los peruanos. Las obras definitivamente tendrán beneficio social si se financian haciendo pagar solo a quienes las usan. Es más, el cobro a los usuarios aseguraría su uso eficiente y resolvería problemas tales como el tráfico. La propiedad privada aseguraría que el mantenimiento y la administración de la obra sean óptimos.

Tal como sucedió con la mal llamada Ley de Fortalecimiento de la Responsabilidad y Transparencia Fiscal que ha resultado en la peor situación fiscal en décadas, la reforma de la inversión pública debilita y no fortalece el marco institucional de la provisión estatal de infraestructura puesto que relaja controles en su afán de acelerar el gasto público adjudicando y destrabando proyectos. El resultado será acelerar los malos resultados de los gobiernos anteriores y se terminará en lo mismo: corrupción, dinero perdido en obras que no benefician a la población, mayores tarifas, mayor endeudamiento, mayores déficits y menor crecimiento económico. Y las brechas seguirán creciendo.

__________________________________

CON HUAYCÁN EN PARACAS

POR CARLOS MELÉNDEZ

POLITOLOGO

“El problema de la tecnocracia en el poder no es de capacidad, sino de tacto social”.

Es conocida la predilección del Gabinete Zavala por los entornos empresariales y su aversión a los conflictos sociales. Según un estudio realizado por 50+1 –publicado en “Perú 21”–, en los primeros cien días de gobierno miembros del Ejecutivo (presidente, PCM, ministros y viceministros) asistieron a 53 eventos organizados por iniciativa de intereses privados, mayoritariamente del sector negocios. La inédita concurrencia de nueve ministros en el último CADE constata la debilidad del gobierno por los aplausos empresariales. Según Ipsos, el 89% de concurrentes al encuentro en Paracas aprueba a Kuczynski, y el 93%, a Zavala. Love is in the air.

Inusualmente, la burbuja de CADE fue pinchada por el mundo real. Violentas protestas en Andahuaylas –donde el ministro de Agricultura y el contralor fueron “retenidos” por manifestantes– y disturbios en Huaycán por falsos rumores de traficantes de órganos –con una mujer asesinada por una “bala perdida”– delatan la distancia entre la sociedad y los ensueños de sus élites. Que la revista “Time” considere al Perú como un “bright spot on the global stage” puede ser entendible; que el gobierno se la crea sería una necedad. ¿Por qué el país se divide entre cadeístas y cazapishtacos? ¿Acaso hay un punto intermedio que permita imaginar una comunidad mínimamente integrada que enmiende su disfuncionalidad?

Las élites en el Perú no reconocen la visión del mundo de las mayorías como legítima. De derecha a izquierda, en el ‘establishment’ predomina un menosprecio por el mundo popular. Si el rumor de pishtacos genera desmanes públicos, se acusa rápidamente a los ‘pobladores’ de ‘ignorantes’; si un individuo se moviliza en campaña electoral “es por un taper de comida”. El sujeto popular se interpreta como ‘objeto de manipulación’, sin escarbarse en las razones más profundas de su malestar. Cualquier reclamo se lee como resentimiento, la coartada perfecta de las clases acomodadas para no tomarse el trabajo de entender al ‘otro’, a sus gobernados. Incluso entre los más progresistas del ‘establishment’, la vocación de inclusión social es practicada con verticalidad virreinal. El ‘affirmative action’ sirve como símbolo de ostentación progre. Así, el “tengo un practicante de universidad estatal” (inserte acento surf) es el nuevo “tengo un amigo gay”.

Las demandas ‘desde abajo’ no tienen que ver solamente con reivindicaciones de derechos, sino también de representación. Por eso, algunos prefieren votar por un narco que por un lobbista, porque el primero es socialmente más representativo. Un gobierno con fuertes deficiencias políticas y absorbido por su vocación economicista ofrece muy poco en términos de integración comunitaria. El problema de la tecnocracia en el poder no es de capacidad, sino de tacto social. Porque este divorcio entre la élite y la ‘plebe’ provoca respuestas que agravan la desconexión (por ejemplo, políticas de mano dura como reflejo pavlotiano). El gobierno ppkausa debería darse cuenta de que el arte de gobernar no se reduce exclusivamente a la administración de la economía, sino que implica, sobre todo, organizar las relaciones sociales de una sociedad fragmentada.



Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


Publicado en