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CUANDO NO ERAN SIQUIERA LOS 73 QUE HOY SON

¿QUIEN DEMONIOS ESCRIBIO ESTE  EDITORIAL TAN BOBO?

Publicado: 2016-04-30


Por: Dennis Falvy

Roberto me paso a mi Smartphone un editorial de El Comercio que se publicó en la edición del 13 de abril. No me dijo nada, como es su costumbre, pero no entendí para qué me hacia leer en la noche algo que por lo visto se me había pasado y que ya data de mas de 2 semanas atrás. Así que lo empecé a leer, incómodo como estaba pues estaba cenando en un restaurante con Normy. ¿Cuál sería el rictus de mi cara, qué ella me preguntó: ¿Qué pasa Dennis? Y yo le respondí nada querida, disculpa. Es un aviso de Roberto que ya está Ok de salud. Así, que regresando a casa lo volví a leer, con más acuciosidad y entendí el por qué Roberto me lo había enviado. Decía el editorial titulado algo increíble: Que los sospechosos comunes (supongo que rememorando la famosa película) y que eran los fujimoristas por su pasado ,debían ceder aún más que lo que la Sra Keiko había anunciado públicamente hace ya un lapso en la primera vuelta electoral. Es decir, para el editorialista, la presidencia del Congreso y otras presidencias de comisiones claves, además de las ofrecidas de defensa y fiscalización (supongo que presupuesto y economía) deberían ser cedidas por Fuerza Popular , para así demostrar que no lleva su líder el ADN anti democrático de su padre. La verdad es que es indignante. ¿Quién demonios firma esta atrocidad, contra toda lógica democrática? La próxima vez entonces que un partido que tenga similares antecedentes, los que sea, si se mantiene los 130 curules en la Cámara única, que solo se presenten la mitad o quizá menos. Pues está prohibido ganar. O mejor, pónganle un tope de 50, Sres. de El Comercio, ¿que les parece? Y ustedes han tenido la desfachatez de defenderse de su concentración de medios. ¿Es que no tienen antecedentes históricos de haber sido asimismo antidemocráticos o de tirar para sus intereses de negocios ? Cédanles Epensa a Chicho Mohme y gratis. O tal vez a alguna organización, por supuesto libre de costo alguno. No faltaba más. Conchudos.

Mientras la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) finaliza el conteo de votos, todas las proyecciones hacen presagiar que más de la mitad de curules del Congreso le corresponderán a Fuerza Popular.

Una mayoría absoluta en el Parlamento puede –sin necesidad de lograr acuerdos con otras bancadas– aprobar leyes (incluso leyes orgánicas), censurar y bloquear la censura de ministros, aprobar el presupuesto general del Estado, designar al contralor general de la República y a tres miembros del directorio del BCR, otorgar facultades legislativas al Ejecutivo y hasta reformar la Constitución.

En caso de que Keiko Fujimori ganara las elecciones presidenciales, tendría una gran ventaja que aseguraría que su línea de acción y políticas públicas estén respaldadas por el Congreso. Pero la mayoría absoluta congresal sumada a la Presidencia de la República es también una fórmula peligrosa y conocida. La sola posibilidad de esta combinación trae a la memoria la última vez en que un partido ostentó tal ventaja y los peligros asociados.

No se producía este resultado electoral desde los noventa; más precisamente, desde el año 1995, época en la que el Legislativo actuaba completamente a designio de Alberto Fujimori. Cuando no tuvo tal ventaja en 1990, Fujimori dio el autogolpe y consiguió la mayoría absoluta en el Congreso Constituyente Democrático de 1993. Cuando la perdió en el 2000, la recuperó comprando congresistas tránsfugas.

El riesgo de los poderes del Estado aglutinados en una sola mano que se enseña en textos y aulas de derecho y ciencia política se hizo realidad en la época del fujimorismo, que añadió a su poder comprado a jueces, fiscales, instituciones del Estado y medios de comunicación.

Lo anterior no quiere decir que la mayoría legislativa que obtuvo Fuerza Popular convierta en descartable de plano su presencia en el Ejecutivo. Es una opción válida en las constituciones del Perú y de la mayoría de países. De hecho, un 40% de los votos válidos de la primera vuelta apostaba por ello. Del lado opuesto de las alternativas presidenciales, también se podría argumentar que la opción de Pedro Pablo Kuczynski como jefe de gobierno con una mayoría parlamentaria de oposición enfrentaría serios problemas de gobernabilidad. Ambas hipótesis dependen de cómo se comporten las respectivas bancadas, principalmente la fujimorista ahora que es nuevamente mayoría.

La suspicacia frente al partido naranja, sin embargo, es comprensible por la evidencia histórica antes expuesta que combina un mismo contexto (mayoría parlamentaria) y una misma marca (fujimorismo).

Frente a ello, el compromiso firmado por Keiko Fujimori hace unas semanas al final del debate presidencial es una señal importante de conciencia del entendible temor que se ciñe sobre ella y su partido. En él hace ofrecimientos más genéricos como el de respetar la independencia de los poderes del Estado y algunos más concretos como encargar a la oposición la presidencia de las comisiones de Fiscalización y de Inteligencia del Congreso de la República. Un buen comienzo, que seguramente requerirá ser complementado con más acciones para mostrar que no comparte el ADN antidemocrático de su padre.

Una mesa directiva de consenso en el Congreso o incluso la cesión de la presidencia de dicha mesa a una de las fuerzas de oposición, la entrega de la presidencia de otras comisiones claves a otros partidos, entre otras medidas, probablemente requieran también de su firma.

Aun así, podría subsistir la desconfianza, pues estas promesas podrían ser dejadas de lado una vez en el poder, pero cuando menos servirían como una suerte de cheques políticos, que la eventual oposición y, sobre todo, los ciudadanos puedan exhibir y enrostrar frente a cualquier intento por desconocerlos. Después de todo, la fuerza de la protesta e indignación pública es algo que ya ha sentido muy bien el fujimorismo y que le fue recordado el pasado 5 de abril.

Las armas en manos de un sospechoso común requieren más seguros que los regulares.

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QUOTE

Cuando ya estaba presto a colgar este post, leo el editorial furibundo contra PPK en El Comercio de hoy ; donde lo tildan de que parece no dar la talla para estadista, debido a sus idas y vueltas con el tema de la ley pulpin y la nieve en Nueva York; el desdecirse de que reduciría ministerios y ahora quiere uno para supervisar las regiones; el raje al ministerio de la juventud de Alan y luego  expresar su simpatía por ello; lo de la CTS y el seguro de desempleo; el que no está claro que haya ido a recoger votos en los EEUU y como dice Tuesta saco allí para la primera vuelta , menos votos que en el distrito de Magdalena  y en fin varias cosas mas a lo que habría que agregar esa metida de pata de decir que Velarde permanecería en el cargo del BCRP  y este le contestara que primero tiene que ganar y lo pensaria y el papelón con Goyo. Me da mucha pena, pero en este editorial ElComercio si la chunto. Que diferencia con el despistado que escribio el que mencino en el presente artículo.


Escrito por

dennis falvy

Economista de la Universidad Católica con un master en administración en la Universidad de Harvard; periodista en economía .


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